Las obras de la escuela de Igualada que se hundió se iniciaron sin permiso municipal

Las obras de reforma integral de la antigua fábrica textil de Igualada, que se derrumbó el pasado jueves cuando ya acogía algunas aulas, en las que se impartían clases, de la escuela de diseño Genny, se empezaron sin el permiso de obras municipal, según hizo público ayer el Ayuntamiento de la población. El hundimiento del edificio el pasado jueves causó la muerte de dos alumnas. La licencia de obras no fue concedida hasta el pasado 18 de noviembre, pero las reformas habían empezado en el mes de agosto. El concejal de Urbanismo, Antoni Morros, reiteró ayer que el gobierno municipal desconocía que se hubieran iniciado las actividades educativas en el edificio y que si empezaron, fue sin disponer de los preceptivos permisos. La escuela pidió el permiso de obras el 25 de agosto, pero el Ayuntamiento no lo concedió hasta noviembre. Las reformas continuaron durante estos meses, lo cual comportó que el Ayuntamiento hiciera varios requerimientos a los propietarios para que presentaran diversos documentos a fin de autorizar la obra. Incluso, afirmó ayer Morros, en una ocasión se les pidió verbalmente que cesaran las reformas. Cuando en noviembre el Ayuntamiento concedió la licencia de obras mayores, lo hizo a condición de que una vez terminadas éstas, la propiedad pidiera licencia de primera ocupación y que presentara una autorización de centro escolar, que concede Enseñanza, para iniciar las actividades lectivas. El Ayuntamiento sostiene que la escuela no disponía de licencia de primera ocupación ya que ni siquiera tenía certificado de final de obras. Por otra parte, y respecto a la actividad, el Ayuntamiento informó de que el pasado jueves el centro educativo no tenía licencia de actividad para la nueva sede. Las 10 jóvenes heridas en el derrumbamiento de la escuela evolucionan favorablemente y ya sólo tres permanecen ingresadas en hospitales, dos en el de Igualada y una en el de Sant Joan de Déu de Barcelona. Por otra parte, el pasado día 21 por la tarde se derrumbó una casa abandonada en la calle de Santa Anna de la misma ciudad cuando se procedía a derruirla. En el interior del edificio había nueve trabajadores, pero ninguno de ellos resultó herido.