_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Después del ataque

ESTADOS UNIDOS y el Reino Unido han dado por concluida su Operación Zorro del Desierto. Tras machacar con cientos de misiles y bombas a Irak, más que los disparados durante la guerra del Golfo en 1991, pretenden ahora dar paso a una doctrina de "contención". ¿A quién o qué van a contener de qué? El zorro, Sadam Husein, no ha hecho ni un gesto de resistencia, y no porque sea un seguidor de Gandhi, sino porque probablemente consideró que con esta pasividad gana políticamente, aunque pierda militarmente. "Hemos cumplido nuestra misión", declaró Clinton al dar la orden de finalizar esta fase de la operación. Pero ¿de qué misión se trataba? A corto plazo, la operación estadounidense ha constituido un gran fracaso por dos motivos. El primero es que el objetivo declarado era que Irak cumpliera las resoluciones de la ONU en materia de desarme nuclear, químico y bacteriológico. De momento, Sadam Husein ha manifestado ya que los inspectores de la ONU (Unscom) no podrán regresar a Irak, cuando ésa era la mejor forma, incluso la única, de controlar que el régimen dictatorial y cerrado de Sadam Husein no fabricase armas de destrucción masiva.El segundo motivo del fracaso es que, de momento, no se ha logrado el objetivo no declarado por EEUU, pero sí aceptado por Blair, de socavar la base de poder de Sadam Husein por medio de este masivo bombardeo. El tipo de blancos estaba claramente dirigido a este fin: no tanto las instalaciones de fabricación de armas químicas o bacteriológicas -en el caso de que se conocieran- como las unidades de élite de la Guardia Presidencial, los centros de mando y control, y, para asegurar que no hubiera bajas -pues no ha habido ninguna- entre los atacantes, las instalaciones de defensa antiaérea. ¡Ojalá hubiera servido al menos esta operación ilegítima y desproporcionada para tal fin! Aunque aún es pronto para apreciarlo, Husein sigue fuerte. No parece claro que EEUU haya pensado suficientemente en el después.

Más información
El Pentágono elabora planes para nuevos bombardeos sobre Irak

Clinton incluso parece haber perdido en unos días los puntos que había ganado en el mundo árabe con su histórica visita a Gaza y su apoyo explícito a la causa de los palestinos. Pero muchos de éstos han pasado de agitar banderas americanas para recibir a Clinton a pisotearlas y quemarlas. Las manifestaciones masivas en Damasco, y, sobre todo, ayer en Rabat y otros lugares reflejan el sentir de los árabes de a pie, mientras ninguno de sus Gobiernos ha apoyado públicamente la operación.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Desde dentro de Irak, los que estaban en los lugares de impacto han pasado por un nuevo infierno. Desde fuera hemos asistido a una parodia. Algunos medios y el Pentágono, junto con otros departamentos, en sus informaciones, han pretendido dar la impresión de una situación similar a la de la guerra del Golfo en 1991. No lo han conseguido. Esto no es 1991 ni hemos asistido a una guerra, sino a un ataque contra un país ya machacado. ¿Y ahora qué? ¿Se va a producir un movimiento popular para derrocar a Sadam? Para ello se tendría que haber empezado mucho antes a apoyar una oposición sensata al régimen autocrático de ese dictador sangriento. Si no ocurre nada en este sentido, de poco habría servido tanto fragor.

Hora es de volver a la sensatez, de someter a escrutinio todo lo ocurrido -incluido el extraño papel del jefe de los inspectores de la Unscom, el australiano Richard Butler-, de recuperar el papel central del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ninguneado por Clinton y Blair, de reforzar el apoyo internacional a una oposición democrática a Sadam Husein y de revisar unas sanciones que dañan a los iraquíes pero no hacen mella en su presidente. Pues el pueblo iraquí no se merece el doble castigo de Sadam Husein y de EEUU.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_