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El PSOE allana el camino para que la candidatura de Maragall no lleve la sigla PSC

Enric Company

El anuncio efectuado por José Borrell de que el PSOE acudirá a las próximas elecciones europeas bajo el nombre de Socialistas y progresistas facilita la pretensión de Pasqual Maragall de concurrir a las autonómicas con una candidatura propia, que comprenda al PSC como elemento central pero le supere y pueda confluir con un movimiento más amplio, que abarque otras fuerzas políticas y tenga también una denominación propia. Ésa era ayer la opinión de algunos socialistas próximos a Maragall. Las conversaciones con independientes y con Iniciativa-Verds sobre esta cuestión siguen abiertas. La decisión sobre la forma y el nombre de la candidatura no ha sido tomada todavía

Los socialistas reúnen hoy su consejo nacional, el máximo órgano de dirección entre congresos, con la pretensión de prepararlo para la movilización electoral. Lo harán a pesar de que siguen rechazando que haya motivos que justifiquen un adelanto de las elecciones autonómicas al mes de marzo, como no sea el estricto interés personal de Pujol. Por esta razón, al mismo tiempo que preparan la maquinaria electoral, no quieren lanzarse a despejar las incógnitas políticas que subsisten sobre cómo van a concurrir a las elecciones. No es el momento, dicen, y hasta noviembre, que es cuando vence la legislatura, hay tiempo. Pero si Pujol adelanta las elecciones al 7 de marzo, la fecha que hasta ahora se da como más probable, eso significa que faltan sólo 78 días para la cita. No son muchos, y las fiestas de Navidad los reducen a dos meses en la práctica. Lo que Maragall tiene que poner a punto en pocos días si hay adelanto electoral son bastantes cosas. Los socialistas tienen el compromiso, ante sí y ante la sociedad, de celebrar elecciones primarias para designar a su candidato a presidir la Generalitat. Maragall anunció meses atrás que su candidatura superaría el ámbito del partido, pero no ha especificado qué elementos la compondrán ni cómo va a articularlos. También puso en cuestión la conveniencia de presentarse bajo las siglas del PSC. Además, Maragall y el PSC están embarcados en unas conversaciones con plataformas de independientes y con Iniciativa-Verds para alcanzar algún tipo de confluencia. De todos estos interrogantes es probable que se despeje primero el relativo a las elecciones primarias, según indicaron ayer fuentes socialistas. Deberán ser unas primarias muy peculiares, pues sólo hay un aspirante. Con el PSC no basta La dirección socialista está convencida de que la candidatura de Maragall es una opción en alza en la intención de voto electoral mientras la de Pujol va a la baja. Confía en que esa tendencia se mantenga e incremente. Pero los mismos sondeos electorales que marcan estas tendencias indican también que el descenso de Pujol no es suficiente como para quebrar la mayoría parlamentaria formada por CiU y el PP. Algunos de los independientes de izquierdas que apoyan a Maragall le han advertido que no cuente con ellos para una candidatura del PSC. Creen que para dejar en minoría a toda la derecha, no sólo a CiU, hace falta algo más que el PSC. Esa es también la posición de Iniciativa-Verds. Hace tres semanas, en el reciente congreso de esta formación, el primer secretario del PSC, Narcís Serra, se mostró dispuesto a diseñar conjuntamente con Iniciativa los ejes programáticos de la alternativa progresista a Pujol. Pero nada se ha avanzado, que se sepa, en esa dirección. Por otra parte, la voluntad de presentarse como una opción de centro-izquierda tropieza con el inconveniente de que muchos electores de centro desconfían de las siglas socialistas y de momento el ex alcalde se ha limitado a esconderlas bajo la fórmula candidatura Maragall. La decisión del PSOE de abandonar sus siglas en las elecciones europeas resta dramatismo a la pretensión de Maragall, anunciada pero no confirmada, de prescindir de las siglas del PSC en las autonómicas. Esa renuncia choca contra los intereses del aparato del PSC, que no desea quedar en manos de Maragall. Pujol, entretanto, tiene claro que el ex alcalde, y no el PSC, es el verdadero peligro para él; y se ha lanzado ya al ataque. Los portavoces convergentes incrementan las descalificaciones de Maragall. El propio Pujol le tildó ayer de "megalómano" a propósito de sus ideas sobre la Carta Municipal de Barcelona.

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