El Gobierno y el PSOE rechazan la reducción por ley de la jornada laboral

El Gobierno y el primer partido de la oposición rechazan tajantemente la propuesta de Izquierda Unida de aplicar por ley la jornada laboral de 35 horas semanales. Y, también, que esa reducción de jornada se haga sin merma salarial. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, dieron ayer argumentos parecidos para justificar su oposición, y aseguraron que esa medida sería muy negativa para la competitividad de las empresas.

Las manifestaciones y la recogida de firmas promovidas por Izquierda Unida en favor de la aplicación por ley de las 35 horas han puesto de manifiesto que hay una clara coincidencia entre populares y socialistas en ese tema. El ministro de Trabajo reiteró ayer que el Gobierno "en absoluto" es partidario de una ley para reducir la jornada laboral.Arenas aseguró que una medida de ese tipo afectaría negativamente tanto a la productividad de las empresas como a la competitividad. En su criterio es a los sindicatos y a las organizaciones empresariales a quienes corresponde acordar una posible reorganización y reordenación del tiempo de trabajo.

Los dirigentes socialistas Joaquín Almunia y Ramón Jáuregui también marcaron distancias con Izquierda Unida y afirmaron que la reducción de jornada por ley no se puede hacer de forma "gratuita" y sin contar con los empresarios.

El secretario general del PSOE dijo estar convencido de que "casi ninguno" de los que el pasado lunes encabezaron la manifestación convocada por IU y sindicatos minoritarios en defensa de aplicar esa medida por ley "se cree que puedan vender duros a cuatro pesetas". Almunia añadió que "decir que la reducción del tiempo de trabajo se puede hacer gratis por ley, sin repercusión salarial, no se lo cree nadie".

A su juicio, el debate de la reducción de la jornada no va a durar sólo hasta las elecciones, ni siquiera se agotará en la próxima legislatura, sino que será el eje central para el socialismo democrático hasta que se encuentre una solución.

Debate futuro

Según Almunia, en ese debate futuro deben implicarse, además de los políticos, los empresarios, los sindicalistas, las feministas, los sociólogos y los técnicos. El dirigente socialista hizo esas afirmaciones en la presentación del libro El tiempo que vivimos y el reparto del trabajo, escrito por Ramón Jáuregui, Francisco Egea y Javier de la Puerta.Jáuregui, secretario de política autonómica del PSOE, cree que no es posible conseguir la reducción del tiempo de trabajo mediante una acción impositiva (una ley) desde el Gobierno, puesto que ese mecanismo perjudicaría al empleo. En su opinión es preferible un acuerdo con los agentes sociales porque "en materia de empleo hay que contar con los empleadores". En su libro se apuesta más por un auténtico diálogo social para reducir la jornada, combinando con medidas de impulso político y un amplio movimiento cívico capaz de cambiar valores y actitudes implantadas en la sociedad. Almunia aprovechó su intervención para criticar también al ministro de Trabajo, a quien acusó de concebir el diálogo social como un continuo "hacerse fotos con los interlocutores sociales".

Sin embargo, Arenas sigue defendiendo el modelo, y ayer, antes de pronunciar una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, manifestó que su intención es convocar de nuevo en las próximas semanas a sindicatos y patronal a la mesa negociadora aún pendiente sobre políticas activas y pasivas de empleo. También promoverá otra mesa para remodelar las empresas de trabajo temporal (ETT). Respecto a las afirmaciones de UGT de que ese ámbito de diálogo existe desde 1997, y que está bloqueado por el ministerio, Arenas respondió que "un grupo de trabajo en el que estén sentados sindicatos, empresarios ETT y Gobierno nunca ha estado constituido".