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ARTESE REÚNE LA OBRA DEL ILUSTRADO

Las Atarazanas recrean el México del arquitecto valenciano Manuel Tolsá

Ferran Bono

Manuel Tolsá partió a las tierras de Nueva España a finales del siglo XVIII y fue el director de escultura de la Academia de Bellas Artes de San Carlos del país que más tarde se denominó México. Su obra arquitectónica y escultórica constituye uno de los ejemplos más notables del último arte colonial y neoclásico. El legado de Tolsá es ampliamente reconocido en el país americano, como demuestra el hecho de que numerosas calles de ciudades mexicanas llevan su nombre. La estatua ecuestre El Caballito que representa la figura del rey Carlos IV es posiblemente su pieza escultórica más popular. Pero debido a que la mayor parte de la trayectoria de este ilustrado nacido en Enguera en 1757 trascurre fuera de España, su obra no es muy conocida en Valencia, a pesar de que la bibliografía sobre su obra es muy numerosa. La exposición Manuel Tolsá, inaugurada ayer en las Reales Atarazanas de Valencia, viene a recuperar la figura del arquitecto y escultor que llevó a México el espíritu europeo del siglo de la Ilustración. La muestra reúne más de un centenar de dibujos, esbozos, esmaltes, trabajos en metal, planos de edificios, esculturas y otras piezas que proporcionan elementos de interpretación de una sociedad mexicana "caracterizada por unos niveles de desarrollo material y artístico bastante notables", según expresó ayer la directora general de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, Consuelo Ciscar. La muestra abunda también en las relaciones que establecieron los valencianos en tierras de ultramar al atender a las trayectorias de Rafael Ximeno y Planes y José Joaquín Fabregat, con los que Tolsá compartió algunos proyectos. Del primero, las Atarazanas exhiben un retrato, entre otras piezas, que realizó de Tolsá y del segundo se muestra una vista de la Plaza Mayor de México, datada de 1797, en la que aparece la conocida estatua ecuestre del Caballito. Influencia valenciana Estos artistas dejaron tras de sí un grupo de discípulos mexicanos que adaptaron los cánones neoclásicos con más fuerza que los propios maestros, según recordó Elisa García Barragán, comisaria de la muestra y profesora del Instituto de Investigaciones Estéticas, organismo vinculado a la Universidad Nacional Autónoma de México, que ha colaborado con el Consorci de Museus de las Comunitat Valenciana en la organización de la exposición. De hecho, la mayor parte de los fondos pertenecen a la citada entidad académica, heredera de las antiguas instituciones coloniales. El monumental Palacio de la Minería de México, donde se ha exhibido la muestra que ahora recala en Valencia, el del Apartado o el de la Buenavista son algunos de los ejemplos de la valía arquitectónica de Tolsá, mientras que como escultor son destacables la Purísima de la catedral de Puebla, el busto de Hernán Cortés o las efigies de la Fe, la Esperanza y la Caridad que rematan la fachada principal de la catedral de México. De Tolsá, Jovellanos dijo que "reunió en sí todas las dotes que constituyen un arquitecto consumado, y se hizo digno de su propuesta a la posteridad".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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