Fuerte malestar en La Fe ante el cierre de unidades de hospitalización

El anuncio del cierre de varias plantas del hospital La Fe de Valencia ha levantado ampollas entre los trabajadores del centro, que denuncian la situación de inseguridad en la que se encuentran. Los sindicatos acusan a la dirección del centro de actuar "con alevosía" aprovechando el paréntesis de las elecciones sindicales y señalan al Partido Popular como "responsable de este tipo de estrategias, cuyo único objetivo es el desmantelamiento y la privatización de la sanidad pública". El Sindicato de Enfermería (Satse) denunció ayer el anuncio, "sin previo aviso", del cierre de la sala sexta de Medicina Interna, la sala novena de Cirugía Torácica y Cardiaca, el servicio de Traumatología de columna del pabellón de Rehabilitación y la unidad de gestantes de alto riesgo de la sala tercera de Maternidad, lo que supone la desaparición de un centenar de camas y plantea interrogantes sobre la futura reubicación del personal. Tanto el Satse como CC OO y UGT -que ayer ya anunció movilizaciones por lo que considera un hecho de "extrema gravedad"- advierten que el "oscurantismo" con que se está abordando la remodelación del centro, tras la presentación del estudio encargado a la empresa de consulting Gemini, "pone en peligro, a corto plazo, la normal actividad asistencial del hospital". "La gente está insegura y desmotivada", afirma María Ángeles Pérez, de UGT, quien considera "prematuro" hablar de la repercusión que tendrá en La Fe el hospital de Alzira -se prevé la reducción de un 15% de la actividad-, "cuando aún no ha sido inaugurado". La Asociación Ciudadana en Defensa de la Sanidad Pública (Acdesa) recordó ayer que La Fe debe seguir siendo "el buque insignia" de la sanidad valenciana y acusó a la consejería de "utilizar la coartada de una consultora, a la que se adjudicó el estudio de modernización de La Fe de forma dudosa, para que sacara conclusiones que previamente ya se habían tomado". CC OO ha repartido a los trabajadores un resumen del estudio presentado el pasado día 10 por la empresa Gemini, en el que se recuerda que el volumen asistencial de La Fe es tres veces mayor que el del resto de los hospitales y se apuesta por un hospital de 900 camas, 1.000 menos que ahora. El estudio apuesta por sacar volumen de actividad del hospital y por desviar a los enfermos subagudos, crónicos y geriátricos. Además de apuntar el impacto que el hospital de La Ribera tendrá en la actividad de La Fe, se propone el aumento de la actividad ambulatoria y la mejora del área de Urgencias. La elaboración del plan estratégico para la modernización del hospital ha costado 25 millones de pesetas. El diagnóstico es que las instalaciones de La Fe están obsoletas y que el centro presenta graves problemas estructurales y de distribución de espacios. Arquitectónicamente se apuesta por la construcción de un nuevo hospital, porque la remodelación del actual resultaría más costosa. Decisión premeditada El portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas, Antonio Moreno, criticó ayer la toma de decisiones de forma "premeditada" sin consultar a los trabajadores y a los sindicatos, "para que no les diera tiempo a reaccionar". Moreno denunció el anuncio "a traición" del cierre de plantas "aprovechando que hay elecciones sindicales y que ahora resulta imposible el control parlamentario". Alfred Botella, de Esquerra Unida-Els Verds, criticó por su parte la "falta de planificación" y el "deterioro" de la sanidad pública, que "empieza" por el hospital de referencia de la Comunidad Valenciana. Botella alentó a los trabajadores de La Fe a que se movilicen "para hacer frente a los desmanes de este Gobierno".