Aznar prefiere que la UE se coordine fiscalmente en lugar de armonizarse
José María Aznar no quiere hablar de "armonización fiscal", una expresión muy de moda en Bruselas porque el Gobierno socialdemócrata alemán ha colocado el tema sobre el tapete. El presidente del Gobierno español prefiere la "coordinación".Aznar hizo ayer escala en Francfort, camino de la cumbre comunitaria de Viena, donde visitó la sede del Banco Central Europeo (BCE). Pronunció una breve alocución ante su presidente, Wim Duisenberg, y los cinco miembros de su comité ejecutivo, según informa José Miguel Larraya desde la capital austriaca.
"La armonización social y fiscal no puede entenderse como un sustituto de las reformas estructurales, para las que falta valor político" en algunos Estados, afirmó.
Las ideas que se barajan giran en torno a una armonización del impuesto sobre sociedades y de la fiscalidad sobre el ahorro. Algunos gobiernos comunitarios consideran que la moneda única obligará a medio plazo a adentrarse por esta vía para evitar así distorsiones en la libre competencia.
A continuación, Aznar se mostró partidario de la ortodoxia presupuestaria, recogida en el pacto de estabilidad concluido por los países que han accedido al euro, y de una gran disciplina monetaria con el propósito de garantizar la credibilidad de la nueva moneda en los mercados financieros internacionales.
Aunque el BCE goza de una plena independencia frente a los poderes políticos, Aznar deslizó una petición en su discurso. Animó a los responsables de la política monetaria de la zona euro a velar por mantener el actual ciclo expansivo de la economía europea.
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