Saludo
Formados todos los reclutas recién llegados al acuartelamiento, el sargento primero G. nos dice: "Lo primero que aprenderéis es a saludaros como militares. El saludo es signo de mutuo respeto; consiste en llevarse la mano a la visera con toda la marcialidad de la que seáis capaces, y nunca, nunca, os llevéis la mano a la frente cuando no estéis cubiertos, que parece que se os han olvidado los dónuts, porque no tiene sentido. Esto no es como las películas americanas, el Ejército no es una película, estamos aquí para ser buenos soldados, no actores; esto no es América, sino España, así lo regulan las Reales Ordenanzas y la tradición militar española. Fijaos bien, es así [saluda correctamente], no asá [se quita la gorra y se lleva la mano a la frente], ni asá [vuelve a quitarse la gorra y se tapa los ojos con las manos, risas contenidas], sino así", saluda correctamente de nuevo y lo repite unas diez veces mientras nos da algunas otras amonestaciones básicas dichas a la soldadesca. Durante mis nueve meses de vida militar jamás vi absurdo semejante en un soldado. ¿Se han fijado en que el presidente del Gobierno se lleva la mano derecha al lado derecho del frontal al cruzarse con militares y miembros de cuerpos armados, que es, más o menos, como si me llevase la mano izquierda al lóbulo de la oreja derecha para saludar a un conocido? ¿Ninguno de ésos cuya profesión es edulcorar la proyección pública de sus clientes -se les conoce como "asesores de imagen"-, ha sabido decirle que resulta ridículo cada vez que se olvida los dónuts? ¿Quién le dirá al rey que va desnudo? Cómo se nota que no cumplieron el servicio militar, por más que quieran disimularlo.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.