De Madrid a...
Gracias, señor Echeverría, concejal de Tráfico y Policía Municipal. Gracias por su preocupación porque los madrileños se diviertan hasta las seis de la mañana. Madrid, en su zona discotequera, es una delicia. Los fines de semana, que empiezan los jueves, es una gloria ver a la gente en la calle, animada por las litronas, gritando y cantando, regando los jardines con materia orgánica. Las discotecas contribuyen a esa alegría desbordada abriendo sus puertas y dejando salir ese sublime ruido machacón que produce cosquilleo en el estómago y anima a beber más. Los dueños de las discotecas están encantados. Los grupos de alegres muchachos están encantados; sólo le piden al Ayuntamiento un poquito de calefacción en las calles, que ahora empiezan a estar frías.Sin embargo, hay varios alienígenas que no son felices, quieren dormir por las noches. Esos seres extraños son los vecinos de las zonas de bares de copas.-
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