El agujero de ozono de este año bate el récord de amplitud y duración

La disminución de la concentración de ozono en la estratosfera terrestre, el llamado agujero de ozono, está durando este año más que nunca y ha alcanzado niveles máximos, superiores a los registrados en 1993 y 1994, años en los que el fenómeno alcanzó una mayor magnitud desde que empezó a observarse en los años setenta, según informó ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El agujero de ozono ocupó una extensión de 13 millones de kilómetros cuadrados, desplazándose ligeramente hacia la zona sur de América, durante la mayor parte del mes de noviembre. Aunque ya en disminución ante la llegada del verano austral, ha durado ya 100 días con una extensión superior a los 10 millones de kilómetros cuadrados, un récord de permanencia.Sin embargo, la mayor extensión del agujero de ozono se dio en septiembre, cuando el fenómeno afectó a 25 millones de kilómetros cuadrados, dos veces y media la extensión de Europa, superior en 3 millones de kilómetros cuadrados a la máxima extensión medida hasta ahora.

Las medidas de la concentración de ozono en la estratosfera (hasta unos 50 kilómetros de altura) se hacen combinando los datos de satélites, principalmente los de EE UU, diseñados para ello, y estaciones de varios países situadas en la Antártida.

Este año se esperaba un gran agujero de ozono debido a las bajas temperaturas alcanzadas este invierno en la Antártida. A pesar de las medidas tomadas para reducir la emisión a la atmósfera de gases de cloro y flúor destructores del ozono, los científicos esperan que el agujero siga apareciendo en cada invierno y primavera australes (de agosto a diciembre) hasta mediados del siglo que viene. El ozono estratosférico filtra los rayos ultravioleta procedentes del Sol, protegiendo la vida en la Tierra de sus efectos perjudiciales. Es esta radiación la que rompe los compuestos de cloro emitidos, de forma que los átomos de cloro liberados se combinan con el ozono transformándolo en oxígeno.