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El escritor José Manuel Fajardo recrea la vida del siglo XVII en "El converso"

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"Es una novela a la medida de los sueños de su autor". Así definió ayer el escritor y profesor Jon Kortazar El converso (Ediciones B), la segunda obra escrita por el periodista José Manuel Fajardo, un gaditano que vive entre Algorta y Gijón, ajeno al bullicio de los centros de decisión editorial. "En el sótano la novela tiene mucho trabajo con el lenguaje", prosiguió Kortazar su visión de la novela. "En el primer piso, el goce de la aventura; en el segundo, la amistad, los chistes y los juegos de palabras, y sobre todo ello, un faro desde el que se ve el amor y la libertad". El converso sigue la pista de la primera obra de Fajardo, Carta del fin del mundo, en la que reconstruyó la peripecia de los marinos que acompañaron a Cristóbal Colón en su primer viaje a América y desaparecieron sin dejar rastro en el fuerte Navidad. Ahora Fajardo se ha situado en el siglo XVII para tejer una historia protagonizada por un misterioso aventurero inglés y un joven converso español que coinciden en un barco que viaja de La Habana a Europa. "Yo no hago novela histórica", puntualiza el autor. "Me parece un calificativo elogioso, pero yo escribo novelas de aventuras que ocurren en el pasado. La novela histórica, en cambio, literaturiza los hechos históricos, los cuenta al lector de forma narrativa". Fajardo defiende su carácter de escritor apátrida, que ha perfilado su forma de narrar a partir de las influencias de la literatura española del Siglo de Oro y la novela latinoamericana. "Los escritores latinoamericanos son los herederos del Siglo de Oro. Han fusionado con éxito la narración de aventuras con la herencia de su pasado", dice. El autor de El converso también se declara deudor de los grandes escritores anglosajones de novela de aventuras. Y, sobre todos, sus admirados Stevenson y Conrad. Fajardo tiene ya el boceto de una novela en la que abandona el pasado para situar la acción en el siglo XX. "He necesitado tomar carrerilla con dos obras antes de escribir de un tiempo que está cercano", reconoció. Esperará, sin embargo, a que acabe el siglo antes de publicarla. "Dirán que trata del pasado y es novela histórica", bromeó.

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