El Imserso instala 16 cámaras de vídeo en Mislata para vigilar a los refugiados

El Imserso acaba de instalar 16 cámaras de vídeo en el Centro de Refugiados de Mislata para "evitar que se repitan incidentes violentos" como los que se han producido en los últimos meses. A principios de año el cocinero del centro resultó herido tras ser agredido por un interno y a finales de agosto resultaron heridas dos camareras durante una pelea en la que tomaron parte una veintena de refugiados de las repúblicas ex soviéticas. Tras este último altercado, los trabajadores y los vecinos reclamaron que hubiera presencia policial continua en el centro. Pero el director, Felipe Perales, se opuso a la reivindicación. Perales recalcó que el centro no es ninguna cárcel y que aumentar la vigilancia de los refugiados era un acto racista y suponía tratarlos como a delincuentes. Desde UGT critican "el cambio de postura" de la dirección y se quejan de que las 16 cámaras de vídeo "no evitarán que las agresiones y los insultos a los trabajadores se sigan produciendo". El sindicato se negó a que las cámaras pudieran registrar también el sonido por miedo a que quedaran grabadas las conversaciones de los trabajadores con lo que "se vulnerarían sus derechos". Los responsables del centro, que confían en el poder "disuasorio" de la medida, aclaran que no se invade la intimidad de los refugiados porque "no hay cámaras en las habitaciones". "Están situadas en los accesos al centro y en las zonas donde se suelen producir los altercados: el comedor, los pasillos, el lugar donde les repartimos los útiles de aseo", comentan. Además, la dirección confía en que la grabación de estas imágenes permita "esclarecer quién es el que inicia una pelea".