Un bien escaso
Dormir a cubierto en las frías noches de invierno es, en Madrid, un bien escaso. El aumento de las personas sin hogar, denominados también sin techo, ha dejado pequeñas las 1.300 plazas que hay actualmente en la región entre albergues municipales. y religiosos. Por ello, en 1997 la presencia de mendigos en el vestíbulo y pasillos de la estación de Atocha cuando llegó el frío se incrementó un 54% sobre el año anterior.El catálogo de opciones en la capital para dar cobijo a los indigentes abarca el albergue de Mayorales (110 plazas) y el Centro de Acogida de San Isidro (CASI), con 275 plazas. Además, el Ayuntamiento dispone de un cobijo para 80 vecinos que gestiona la asociación Casa de los Pobres en el parque del Emir Mohamed.
Las órdenes religiosas, por su parte, tienen camas para 600 personas. Tanto estos centros como los municipales cuentan con unas normas que regulan la vida en el centro y excluyen totalmente el consumo de drogas. Es esta la causa de que muchos opten por los pasillos del metro.
La escasez de dotaciones se puso de relieve en la polémica que mantuvieron en octubre la concejal de Servicios Sociales de la capital, Elena Utrilla, y siete municipios del sur. Utrilla, del PP, acusó a los alcaldes socialistas de "mandar" a sus indigentes a Madrid.
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