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Rhône-Poulenc y Hoechst fusionarán sus áreas de farmacia y agroquímica

El grupo francés Rhône-Poulenc y el alemán Hoechst confirmaron ayer, a través de un comunicado, que están negociando un acuerdo de fusión de sus actividades farmacéuticas y agroquímicas que les colocaría en los primeros puestos del mercado mundial. La unión de los dos grandes grupos químicos europeos les permitiría alcanzar una cifra de negocio anual de 47.000 millones de dólares (6,8 billones de pesetas) anuales. Si cierran el acuerdo, ambas firmas constituirían al 50% una nueva sociedad.

Aunque las negociaciones se encuentran en su fase final, ambos grupos se inclinan por descartar un acuerdo inminente. "No estamos por ahora ante un decisión definitiva; las conversaciones podrían incluso fracasar", indicó ayer, cautamente, un portavoz del grupo Hoechst. La estimación del valor de las empresas que operan en los campos que serán objeto de la fusión y el reparto de poderes en la futura sociedad conjunta son las grandes cuestiones que quedan por resolver.En principio, el grupo alemán pretende hacerse con el control de las actividades del área farmacéutica, que tendría su sede en Francfort (Alemania) y sería dirigida por Richard Markham, un estadounidense de 48 años que ha estado hasta ahora al frente de la filial Hoechst-Marion Roussel, una sociedad adquirida por el grupo alemán hace un par de años.

El sector agroquímico quedaría en Lyon (Francia) bajo la dirección de Alain Godard, actual director de Rhône-Poulenc (68.000 empleados, presencia en 160 países y ventas de 2,25 billones de pesetas). Como prueba de la proclamada voluntad de alcanzar un acuerdo equilibrado, la sede central de la futura sociedad, para la que aún no existe nombre, estaría situada cerca de la frontera franco-alemana. El proyecto de fusión prevé que los presidentes de Hoechst y Rhône-Poulenc, Jürgen Dormann y Jean-René Fourtou, continúen dirigiendo sus respectivos grupos en una primera fase, antes de integrarse en un consejo de supervisión para las áreas conjuntas.

"Ciencias de la vida"

Se calcula que el valor de las actividades que conformarán la nueva sociedad, denominadas Ciencias de la Vida [la aplicación de la industria farmacéutica a la sanidad de las personas y los animales, la agroquímica, la biotecnología y la protección de las plantas] asciende a 90.000 o 100.000 millones de francos (entre 2,25 billones y 2,50 billones de pesetas) en el caso de Rhône-Poulenc y a 140.000 millones de francos (3,50 billones de pesetas) en Hoechst.Para la empresa alemana, cuyo presidente proclamó tiempo atrás su intención de abandonar el sector químico antes del año 2000, la fusión con Rhône-Poulenc supondría cubrir una primera etapa en el plan de reestructuración de sus actividades y encauzar su estrategia al área farmacéutica.

La segunda etapa de ese plan sería la fusión con otro de los grandes grupos farmacéuticos, un paso que Jürgen Dormann considera necesario para competir por el liderazgo mundial en un terreno cada vez más concentrado y competitivo. Hoechst ocupa actualmente el puesto noveno en la clasificación mundial del sector farmacéutico, y Rhône-Poulenc el decimoséptimo.

La fusión con una compañía del sector ha sido casi una obsesión en las últimas actuaciones del grupo alemán, especialmente tras el acuerdo alcanzado entre los dos gigantes suizos Ciba y Sandoz para unir sus actividades. El pasado día 18 Hoechst anunció la escisión de sus actividades de química industrial, con ventas de 830.000 millones de pesetas, un paso que los analistas interpretan ahora como un acercamiento a Rhône-Poulenc.

Alianzas alternativas

De hecho, Hoechst reconoció ayer que ha estado barajando otras posibles fusiones en el sector químico, sin resultados.Los analistas destacaban ayer que, aunque la fusión de ambos grupos se lleve a efecto, lo que podría colocarlos en el segundo puesto mundial en las áreas a las que se ha hecho referencia, necesitarán de un socio estadounidense para afianzarse en el mercado, ya que las compañías de EEUU -Merck, Pfizer, American Home Products y otras- tampoco se van a quedar quietas ante la reorganización del sector.

Los analistas subrayan la diferencia de culturas en la gestión de ambos grupos como uno de los principales obstáculos para que se cierre la operación. Recuerdan que éste es un sector muy dinámico en el que otras firmas se han encontrado con problemas similares. Ocurrió con American Home Products y Monsanto y entre Glaxo y Smith Kline Beecham.

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