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GESTIÓN

La Escuela de Música de Pozuelo lleva una semana sin clase por falta de calefacción

Cerrado por falta de combustible para la calefacción. Ése es el mensaje que se leía ayer en una nota colgada en la puerta principal de la Escuela Municipal de Música de Pozuelo de Alarcón (60.100 habitantes). A los 530 alumnos del centro les han suspendido las clases desde el miércoles pasado porque hace demasiado frío en las aulas y los radiadores no funcionan porque no hay combustible. La falta de suministro de gasóleo se debe a una deuda entre Repsol, la empresa suministradora, y el Ayuntamiento.A los estudiantes de música de esta escuela les costaba tocar con soltura a principios de la semana pasada porque tenían los dedos entumecidos por el frío. "Para combatir las bajas temperaturas en las aulas, los responsables de la escuela pusieron radiadores eléctricos, pero, con tanto radiador, se producía una sobrecarga de electricidad que hacía saltar los plomos, dejando las aulas a oscuras. En esas condiciones era imposible que los alumnos pudieran concentrarse para leer o estudiar las partituras. Los apagones interrumpían las clases continuamente", explicó ayer el padre de dos alumnas del centro, de 13 y 8 años, respectivamente, que estudian piano y violín.

La falta de suministro de combustible se debe a un problema entre el proveedor y el Ayuntamiento. Repsol le debe 40.000 pesetas al consistorio porque no ha pagado una licencia municipal para la instalación de un depósito de combustible, según explicó ayer un portavoz municipal. Por eso, el equipo de gobierno, del PP, decidió descontar esa cantidad de una factura de otro suministro de combustible, procedimiento que se ciñe a los requisitos legales, según aseguró el portavoz municipal. Fuentes de Repsol afirman que no hay expediente alguno abierto en la Escuela de Música en el servicio de atención al cliente y explican que no es habitual que se corte el suministro a organismos oficiales por una deuda de ese tipo.

Pero para los grupos de la oposición, "es una vergüenza que el alcalde [José Martín Crespo, del PP], consienta que 530 alumnos se queden sin clase por 40.000 pesetas". Y, lo que es aún peor, no se conoce cuándo se resolverá el conflicto ni, por tanto, cuándo se volverá a abrir el centro", según denuncia la portavoz socialista, Esther Alonso. "Así se explica que el PP presuma de que el Ayuntamiento ahorre dinero. Claro, si no se pagan las facturas pendientes...", concluye.

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