El Pentágono ofrece un recorte unilateral del arsenal nuclear
El Pentágono ha propuesto al presidente Bill Clinton una importante reducción del arsenal nuclear de EEUU, según informaba ayer The New York Times. La ausencia de enemigo nuclear de envergadura desde el final de la guerra fría y la reconciliación con China y los elevados gastos de mantenimiento del arsenal son las razones esgrimidas por los estrategas militares. Según sus estimaciones, EE UU está en condiciones de reducir significativamente el número de sus cabezas nucleares sin afectar un ápice a su capacidad de disuasión.Clinton y su secretario de Defensa, Willian Cohen, no han tomado todavía ninguna resolución al respecto, precisa el diario neoyorquino. El Pentágono propone reducir el número de cabezas nucleares por debajo de las 6.000 autorizadas por el primer acuerdo estratégico de reducción de este tipo de armas firmado con la entonces Unión Soviética, el START I.
Según el segundo acuerdo de este tipo, el START II, norteamericanos y rusos deberían haber reducido sus cabezas nucleares a entre 3.000 y 3.500. Pero el Parlamento ruso, debido a sus grupos nacionalista y comunista, no han ratificado el START II, firmado en 1993 por los respectivos presidentes.
El Pentágono, no obstante, ha hecho sus cuentas y resulta que la no entrada en vigor del tratado STARTII le supone un gasto anual de unos 100 millones de dólares en concepto de mantenimiento de los equipos y las armas que tendrían que haber sido eliminadas. Peor todavía, las fuerzas armadas norteamericanas tendrán que gastar más de 5.000 millones de dólares de ahora al año 2003 para poner a punto esa parte del arsenal nuclear destinada adesaparecer de aplicarse el STARTII. Por ejemplo, varios submarinos tipo Trident que podrían ser puestos fuera de circulación van a tener que ser revisados y actualizados por completo.
La tesis del Pentágono, transmitida a la Casa Blanca y el Congreso el pasado abril, subraya que EE UU puede permitirse aplicar unilateralmente buena parte de lo pactado en el tratado de 1993. Ello liberaría de su presupuesto miles de millones de dólares que podrían ser destinados a otros programas armamentísticos de mayor futuro.
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