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La tuberculosis mató a 'Rómulo' en Doñana

Alejandro Bolaños

Se sabía que circulaba por las dehesas de la comarca. Las memorias anuales del Parque Nacional de Doñana dan fe de su presencia desde 1993: el microbacillus bovis, una de las variedades más estudiadas de la tuberculosis, se había introducido en jabalíes, gamos, vacas y gatos salvajes. Pero la ausencia de medidas para hacer frente con eficacia a un extenso mal que raramente era mortal frenó cualquier iniciativa. Hasta que saltaron todas las alarmas: la enfermedad se había cebado en los pulmones de Rómulo."Desde que ha pasado a un lince por primera vez, la tuberculosis es un problema de conservación", dice Fernando Hiraldo, investigador de la Estación Biológica de Doñana, que ha sido uno de los promotores del grupo de trabajo creado el pasado viernes para analizar las consecuencias de la enfermedad en los 50 ejemplares de la comarca. Para Hiraldo, como para el director de la Estación Biológica, Miguel Ferrer, el microbacillus bovis ha sido la causa de la muerte de Rómulo, un macho que pesaba cinco kilos -la tercera parte del peso normal - cuando investigadores de la Estación le capturaron, el 6 de octubre, en el Parque Nacional.

"La muerte se produjo por un shock de anestesia", aseguró el secretario de Estado de Medio Ambiente, Juan Luis Muriel, unos días después. Los responsables del Parque Nacional achacan la muerte de Rómulo a la intervención de los científicos. Creen "irresponsable" la administración de anestesia al lince y su traslado al centro de recuperación de Los Villares (Córdoba), a unos 250 kilómetros, cuando los servicios veterinarios del Parque "estaban al lado". Todo ello consta en una denuncia presentada ante la Guardia Civil.

Denuncia

Los investigadores se escudan en las necropsias -que relacionan la muerte con la tuberculosis- para afrontar la denuncia y para advertir de una nueva amenaza sobre la población de linces en Doñana, la más estable hasta ahora. La participación de técnicos del Parque Nacional en el grupo de trabajo da a entender que, en esto, todos están de acuerdo. "Lo primero es detectar de dónde viene", explica Hiraldo. Para las medidas correctoras sólo hay dos alternativas: la vacuna -"no se sabe si es 100% efectiva"-, o la erradicación de la comarca de la especie transmisora. Los primeros análisis descartan la hipótesis más grave: el origen de la enfermedad no parece estar en el conejo, dieta base del lince.El grupo de trabajo tendrá que analizar por qué la tuberculosis llevó a Rómulo a un estado de debilidad extrema y, según las necropsias, a la muerte. "Puede ser que el ejemplar tuviese algún problema, pero también, como han apuntado algunos científicos, que los linces de Doñana estén aquejados de un retrovirus que lleve a una bajada de sus defensas", esboza Miguel Delibes. La escasísima variabilidad genética de esta población lincera apuntalaría esta última explicación.

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