Expulsión, no genocidio
El coordinador del congreso, Manuel González Jiménez, niega que se pueda ver en Fernando III a un Karadzic de la Edad Media. Insinúa que el único defecto que le sacaron fue el apelativo de El Bizco. "La limpieza étnica es cosa de los tiempos actuales", explica Cómez Ramos, "lo que hubo entonces fue limpieza económica y religiosa". En el congreso se habla en grandes titulares de la incorporación de Sevilla a Castilla y en letra más pequeña de la conquista de la ciudad. "Cuando están de moda la ONU, Bosnia y los cascos azules, decir que aquí no hubo conquista es tan absurdo como lo contrario", dice Laureano Ruiz, que dirigió una tesis sobre la causa de canonización de san Fernando de la que es autora Pilar Ruiz Bernier. Según los especialistas, hubo expulsión, pero no genocidio; hubo violencia, pero no ensañamiento. "Se hicieron las cosas con bastante cordialidad, dentro de la caña que se pegaban entonces", dice Adolfo Cuéllar, que en sus tiempos de concejal de IU nunca cumplió con el ritual municipal de rendir cuentas con el rey santo. Las Cantigas del rey sabio, hijo del rey santo, constituyen "el monumento más suntuoso de todos los tiempos", en palabras de Rodrigo de Zayas, músico e historiador. Pero esa música no oculta la dura realidad. "Se hizo una especie de reforma agraria al revés. En la zona de Sevilla había unos 40.000 pequeños propietarios con su terreno de regadío que con la conquista se repartió entre 250 nobles caballeros. No creo que hayamos salido de ahí desde entonces". Cree que en reyes y santidad, la mitad de la mitad. "Si santo Domingo de Guzmán inventó la Inquisición y san Vicente Ferrer organizó progromos contra los judíos, sabemos lo que se entendía por santo entonces. En cuanto a san Luis, el primo de san Fernando, fue un cruzado, es decir, un asesino de la peor calaña".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.