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NUEVO PASO EN LA CONQUISTA DEL ESPACIO

Moscú se resiste a la muerte de la 'Mir'

La comunidad científica rusa es consciente de que la puesta en marcha de la estación internacional supone también la confirmación de la sentencia de muerte de la estación Mir, la única que todavía existe. Pero no pierden la esperanza de que se logre un aplazamiento de la sentencia.La Mir, que lleva 12 años en el espacio, el doble de lo previsto, muestra ya los achaques propios de su avanzada edad, y ha dado muchos sustos en los últimos años. El más grave se produjo en junio de 1997, cuando el choque con una nave de carga Soyuz puso en grave peligro la supervivencia de la estación y de los tres astronautas que la ocupaban.

Desde entonces, una especie de maldición se ha cebado sobre la estación con episodios más o menos preocupantes, como despresurizaciones bruscas, pérdida de orientación de los paneles solares y fallos de las computadoras.

Pese a todo, la Mir sigue siendo el principal monumento, todavía en activo, al desfalleciente potencial espacial ruso. Primero la URSS de la perestroika, y luego la Rusia de Borís Yeltsin, convirtieron la Mir en símbolo de un poder que ya no puede ser económico pero que aún puede serlo militar (gracias a un arsenal de 10.000 cabezas nucleares) y tecnológico (gracias fundamentalmente a la Mir).

Entrenamiento

Cuando la palabra clave entre las dos grandes superpotencias nucleares comenzó a ser "colaboración", la Mir se convirtió en un singular campo de entrenamiento tanto para los astronautas soviéticos como para los estadounidenses y de otras nacionalidades, que han pasado largas temporadas en la nave con sus colegas soviéticos y han aprendido a sobrevivir en condiciones difíciles. Una experiencia preciosa que se utilizará en la ISS.Que los rusos se resisten a dejar caer la Mir quedó claro hace unos días cuando propusieron retrasar el lanzamiento del módulo Zariá 10 horas para situarlo mas cerca de la estación orbital.

El objetivo declarado era hacer posible el traslado desde la Mir de valioso material científico que, de otra forma, estaría condenado a la destrucción.

Los rusos alegaban sus problemas financieros que, por ejemplo, les llevaron a ceder las horas de investigación que tenían adjudicadas en la ISS a cambio de unos 8.500 millones de pesetas. EEUU justificó su rechazo al cambio de planes aludiendo a motivos técnicos, pero hay pocas dudas de que la causa fue el temor a que, con la Mir en el espacio, la ya escasa y dudosa contribución financiera rusa a la ISS estaría en peligro, y con ella el calendario para su puesta en marcha.

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