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Tráfico aumentará la vigilancia en las carreteras para frenar el crecimiento de los accidentes

El aumento de las muertes en las carreteras vascas durante este año -fallece una persona cada dos días-, tras casi toda la década de descenso en la macabra estadística, ha obligado a Tráfico a tomar medidas urgentes. Sus esfuerzos se centrarán en la educación vial y en perfeccionar los sistemas de vigilancia mediante radares, cámaras e información al conductor. El territorio más afectado ha sido Guipúzcoa, donde la cifra de muertos ha crecido un 62% respecto a 1997. Una de las causas es, según Interior, el aumento de "actitudes incorrectas" de los conductores.

El notable descenso de siniestros que se ha registrado en las carreteras donde se han instalado medios técnicos de vigilancia (radares y cámaras) ha animado al Departamento de Interior a perfeccionar estas técnicas para el control del tráfico. Para justificar la medida, los responsables de la consejería recurren a un claro ejemplo: la A-8, a su paso por Bilbao, ha visto cómo se reducía a la mitad el número de accidentes durante el primer año en que han funcionado los radares de control de la velocidad. Ello no significa que se vaya a masificar este sistema en las carreteras vascas. Interior sólo lo aplicará en vías con una densidad de vehículos muy elevada: se instalarán más en la propia A-8, en las proximidades de Bilbao, y en los alrededores de San Sebastián, donde ya se está experimentando el método en Añorga. Tráfico estudia ahora extenderlo a otro puntos de la zona. Además de radares se situarán postes de socorro y paneles de señalización variable, un sistema que recomienda a los conductores vías alternativas para evitar atascos. En Álava existen menos posibilidades, dado que no hay tanta densidad de tráfico. La vigilancia es un sistema complementario de la concienciación ciudadana, aspecto en el que incidirá la Dirección de Tráfico el próximo año. De hecho, 1999 se ha declarado Año de la Educación Vial. En el origen de esta decisión está, entre otras cuestiones, la constatación de que en el último año se han reproducido "actitudes incorrectas" de los conductores. Los responsables de Interior mencionan un ejemplo: "En agosto, más del 40% de los accidentes mortales se produjeron por salidas de calzada o por invasión de carril contrario, típicos de una conducción a velocidad excesiva o inadecuada". El caso es que en los diez primeros meses de 1998 han fallecido 154 personas en las carreteras vascas, un número superior al de todo el año anterior (149). En Interior se confía en que estas cifras denoten simplemente "una inversión temporal" de la tendencia a la baja que se había seguido desde 1991. Sin embargo, la subida en el número de muertes se ha superado en todos y cada uno de los meses del año. Alarma en Guipúzcoa Guipúzcoa ha resultado especialmente perjudicada por las estadísticas, con un 62% más de muertes: 68 entre enero y octubre frente a 42 del mismo periodo del año pasado. De ahí que no resulte extraño comprobar que la carretera GI-632, que une Bergara con Beasain, encabeza la estadística de accidentes en todo el País Vasco en términos porcentuales, en función de la densidad de vehículos que soporta. La lista de puntos negros la continúan el tramo entre Amorebieta y Bermeo de la BI-635 y la carretera nacional que une Vitoria y Bilbao a través del puerto de Barázar (la N-240). En cifras absolutas, lógicamente se producen más siniestros en las carreteras con mayor tráfico: la N-I, la A-8 y la N-634. En la primera, los puntos con mayor siniestralidad coinciden con la circunvalación de San Sebastián, entre Añorga y Pasaia. En menor medida, están los pasos de la misma vía por Tolosa y por el Condado de Treviño. La A-8, la autopista que recorre toda la costa de la comunidad, tiene sus lugares con más siniestros en el barrio baracaldés de Cruces y en Santurtzi y Basauri, en Vizcaya, y en Amara en Guipúzcoa. Una carretera paralela a la A-8 es la N-634, con menor tráfico y, por tanto, índices más moderados. Globalmente, el País Vasco ha aumentado en un 23% el número de fallecidos en la carretera. Una tercera parte de ellos no había cumplido los 24 años. En cuanto al número de siniestros, el incremento con respecto a 1997 se queda en el 13%. Los datos de Guipúzcoa han inflado más si cabe esta estadística general, pero el aumento de los accidentes se ha generalizado en toda la comunidad. En Vizcaya, se contabilizó un 14% más de accidentes en los diez primeros meses del año, aunque con una baja en las muertes del 4%. En Álava, en cambio, se registró un alza en todos los aspectos: un 16% más de fallecidos y un 9% en el número de siniestros. Todo ello ha marcado uno de los años más negativos en las carreteras vascas de toda la década. Un total de 30.788 personas resultaron involucradas en un accidente entre enero y octubre pasados, lo que supone un 1,4% de la población de la comunidad autónoma. De todos ellos, 26.727 resultaron ilesos.

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