El Parlamento Europeo apoya que España reciba el Fondo de Cohesión hasta el 2006
El Parlamento Europeo se alineó abrumadoramente ayer con España. Dio un espaldarazo político a la continuidad del Fondo de Cohesión para los países más pobres de la Unión Europea, aunque entren en la unión monetaria, durante el periodo presupuestario 2000-2006. Ello supone un mínimo de 262.000 millones de pesetas anuales para el desarrollo económico español. De este modo, los parlamentarios españoles -aliados con los británicos- se impusieron a los alemanes, apoyados por los escandinavos. La votación se produce en un momento crucial para los intereses de España.
Aunque la Cámara no es la única que decide, la votación tiene triple importancia: se produce cuando algunos Gobiernos, como el de Bonn, relanzan su campaña contra el Fondo; es resultado del primer debate de conjunto sobre la Agenda 2000, o programa de gastos para el primer septenio del siglo próximo, por lo que sienta un precedente, e influirá en las posiciones de los Quince, porque el Parlamento puede bloquear las decisiones del Consejo de Ministros en este asunto.La votación no podía ser más oportuna. Se produce cuando el nuevo Gobierno alemán acaba de replantear la continuidad del Fondo de Cohesión para los países del euro, como España, Portugal e Irlanda, en lo que se interpreta como un primer balbuceo del Gabinete de Schröder de cara a la batalla financiera, con apoyo inicial francés. Es decir, como a España le interesa mucho el Fondo (deberá recibir en transferencias netas por este concepto 1,8 billones a lo largo del septenio, 262.000 millones al año, cantidad similar al presupuesto de RTVE para 1999), nada mejor que atacarlo directamente para debilitar al principal adversario -Madrid- de la reducción de la contribución alemana al presupuesto común.
Sustancia política
Pero además, ocurre que la votación de ayer en el plenario de Estrasburgo tiene sustancia política y jurídica adicional. Política: el Parlamento había realizado hasta ahora dos debates sobre el Fondo de Cohesión con un resultado contradictorio o de empate. En uno ganaron las tesis alemanas; en el otro, las españolas. Pero eran sólo tomas de posición política respecto a la Agenda 2000. La votación de ayer es más concreta. Versa sobre la idea de la continuidad del Fondo, sobre la norma del mismo, sobre el reglamento que debe regirlo.En cuanto a la importancia jurídica, el Parlamento tiene en este asunto bastantes poderes. Sus informes definitivos llevan en este caso el marchamo del "dictamen conforme". En caso de discrepancia con el Consejo de Ministros, la Cámara puede bloquear el reglamento propuesto por los Quince. Todavía no estamos en ese punto del procedimiento, porque los diputados votaron ayer un informe intermedio sobre la propuesta de la Comisión Europea. La virtualidad política del voto es que presiona al Consejo para que respete el Fondo, como pretende la Comisión en su Agenda 2000. Viene a avisarle que, si no lo hace, podrá votar en contra y desairar a los ministros. Aunque siempre cabe que en el momento definitivo la Cámara se vuelva atrás, es harto improbable.
¿Por qué? Porque la mayoría en favor de la cohesión fue apabullante. Los dos diputados alemanes que propusieron sendas enmiendas contra la continuidad del Fondo para los países del euro (el socialdemócrata Ralf Walter y el democristiano Rolf Berend) sólo obtuvieron 155 y 161 votos, respectivamente, y una aplastante mayoría en contra, de 307 y 311 votos.
Mayoría sólida
Y, sobre todo, porque los españoles fraguaron una sólida mayoría contraria a los alemanes, en alianza no sólo con los sureños, sino también con británicos, italianos y belgas. Ahí jugaron un papel destacado los diputados del PSOE. "La clave del voto es que el grupo socialista marcó previamente la pauta", dijo con satisfacción Juan de Dios Mellado. Y es que la delegación socialista española llegó al plenario habiendo logrado que sus correligionarios avalasen una posición común en defensa del Fondo, con el apoyo, una novedad histórica, de los laboristas británicos. A la hora de votar, sin embargo, los alemanes se echaron atrás. "El resultado es satisfactorio", concluyó el jefe de los eurodiputados españoles del PP, Gerardo Galeote, aunque su delegación no había conseguido una postura oficial previa del grupo del PPE, que optó por dar a sus miembros libertad de voto y se mostró también dividido.El informe suscribe también la reivindicación española de que el Fondo no se condicione al cumplimiento del Pacto de Estabilidad del euro, contra lo que proponía la Comisión. Además, el Parlamento apoyó a la Comisión en su propuesta sobre los otros fondos estructurales, especialmente a la idea de que las regiones más pobres (las de "objetivo 1") reciban "exactamente dos tercios" de todas las transferencias estructurales.
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