La discoteca y la Iglesia

La polémica entre los concejales de la oposición y Ernest Maragall se prolongó en otros puntos de la comisión a propósito del resultado de varios concursos que fueron declarados desiertos por lo inadecuado de la oferta o por su ausencia. Uno de ellos fue el referente a la concesión de la instalación y explotación de un establecimiento de restauración. La ubicación era una antigua iglesia situada junto al desaparecido Instituto Mental de la calle Pi i Molist. La única oferta que se presentó no planteaba un proyecto de restaurante, sino de una discoteca. "Algo con lo que no estamos de acuerdo", comentó Maragall. El Ayuntamiento se plantea ahora volver a convocar el concurso de nuevo o, dado el resultado del ya celebrado y declarado desierto, olvidar la idea. "Parece que ahora la Iglesia se replantea recuperar el uso religioso, ya veremos", apostilló Maragall. Pero el concurso referente a la antigua iglesia no fue el único declarado desierto. Algo parecido ha sucedido con la adjudicación de dos solares con el fin de construir residencias universitarias. A concurso salieron los cinco solares reservados para la construcción de otros tantos edificios para acoger a estudiantes universitarios. Tres de ellos sí fueron adjudicados. El Ayuntamiento realizó ese plan con el objetivo de paliar el déficit de ese tipo de oferta, después del éxito que tuvo la que se inauguró en 1997 en El Raval. Los planes municipales buscaban construir residencias capaces de albergar a 1.000 estudiantes. Los concursos que han quedado desiertos son los de los solares de las calles Gran Via y Font Florida, en el distrito de Sants-Montjuïc, y el del paseo de Vall d"Hebrón. En referencia a la ausencia de interés para la edificación de esas dos residencias de estudiantes universitarios, el concejal del Partido Popular, Emilio Álvarez, dijo: "Algo se habrá hecho mal". A ese comentario, Ernest Maragall replicó que el plan municipal era necesario y señaló que seguirán buscando promotores para las dos adjudicaciones pendientes.