_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Llamada de atención

TELEFÓNICA ES la empresa más importante del país. Cuenta con más de un millón de accionistas y con casi 63.000 empleos; de ahí que todo lo que se relacione con ella tenga un interés mayoritario. Las informaciones conocidas durante los últimos días suscitan algunas cuestiones inquietantes sobre su situación. Aunque sus gestores no han reconocido dificultades evidentes, se encuentran ahora con que varias de ellas afloran al mismo tiempo. La semana pasada, el presidente de la compañía, Juan Villalonga, procedió a una renovación más del equipo directivo (una cada seis meses, desde que Villalonga es presidente), en un desafío a las reglas que valoran la estabilidad en la dirección como un valor imprescindible en las grandes empresas. Telefónica ha lanzado después al mercado dos mensajes significativos: el primero dice que provisionará 298.000 millones para hacer frente a un ambicioso ajuste laboral; el segundo, que no repartirá dividendo, aunque compensará a los accionistas con una ampliación de una acción por cada 50.Ambas decisiones pueden ser acertadas si se analizan por separado. Es saludable que una empresa que tiene pendiente un ajuste laboral importante desde hace bastante tiempo, provisione en su cuenta de resultados la financiación necesaria para ponerlo en práctica. El objetivo de la empresa, que pretende reducir la plantilla en casi 20.000 empleados antes del año 2000, es defendible en relación con las normas de la competencia siempre y cuando se haga de forma ordenada y de acuerdo con los sindicatos. La decisión de no repartir dividendo puede ser igualmente acertada -u obligada- si, como parece, la compañía carece de recursos para retribuir a los accionistas al mismo tiempo que atiende a otras necesidades ineludibles.

Pero si se analizan las causas de ambas decisiones, la conclusión ya no puede ser tan benevolente con el equipo directivo de Telefónica. Era público y notorio desde hace tiempo que la compañía necesitaba una reducción de su plantilla; a pesar de lo cual ha perdido dos años en volatines financieros sin acometer de verdad los verdaderos problemas industriales. Con igual rigor hay que juzgar la política de inversiones en sectores ajenos al núcleo central del negocio -como las realizadas en medios de comunicación-, que finalmente han acabado por relativizar lo que parecía, según declaró su presidente, inagotable cash flow. Las decisiones poco meditadas del pasado, contaminadas de intereses políticos ajenos a la rentabilidad, empiezan a pasar factura a la cuenta de resultados del presente.

La evolución hasta septiembre del balance de Telefónica, en la que se aprecia un aumento ínfimo de ingresos, en torno al 3% en telefonía básica, y una caída del resultado de explotación de casi el 3%, también por primera vez en su historia, es una llamada de atención muy seria sobre la situación de la compañía. Que no tiene por qué desembocar en una crisis grave, pero que obliga a una elección cuidadosa de las medidas correctivas que se adopten desde ahora. El tiempo dirá si los responsables de Telefónica atienden la llamada, corrigen su desprecio hacia la gestión empresarial y olvidan su peculiar afán de diversificación o si, por el contrario, persisten en su error y relegan el cuidado del negocio principal al rincón oscuro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_