El Ayuntamiento obliga a La Boca del Lobo a suspender sus actividades culturales

Uno de los locales más activos en la vida cultural de la noche madrileña, La Boca del Lobo, suspendió anoche todo tipo de actividades y de atención al público, cumpliendo con el ultimátum que le envió el pasado viernes a las diez de la noche el Ayuntamiento de Madrid.En el comunicado municipal se obligaba a cerrar el local en el plazo de cuatro días por tener sólo licencia de bar-restaurante y no de bar de copas. Esta última licencia sí le permitiría poner música y programar actividades, como ha venido haciendo en sus casi dos años de funcionamiento, pero es muy difícil conseguirla, dado que la dirección del local lleva el mismo tiempo tramitándola sin suerte.

El Ayuntaniento ha advertido en numerosas ocasiones que conseguir nuevas licencias en esta zona céntrica, especialmente en los aledaños de Huertas (La Boca del Lobo se encuentra en la zona, en la calle de Echegaray), es muy difícil, ya que se trata de un espacio protegido ambientalmente, lo que afecta sobre todo a las exigencias respecto al ruido.

Actuación suspendida

Los cuatro días advertidos en el comunicado municipal se cumplían anoche, así que La Boca del Lobo no pudo ofrecer la actuación, prevista dentro del programa Artistas en ruta, que promueve la AIE (Artistas, Intérpretes y Ejecutantes), del dúo donostiarra Sanchís y Jocano, que tuvo que trasladarse testimonialmente al Suristán. A cambio, La Boca del Lobo abrió de diez a doce de la noche sin servir copas, ni siquiera hizo sonar la música grabada, y dejó entrar a los clientes sólo para informarles de la situación e invitarles a una firma de solidaridad.El cierre de la sala ha sentado muy mal en el sector hostelero de la noche madrileña, y en ese sentido José Luis Salazar, presidente de la Asociación de Bares de Copas y Pubs, declaró, disgustado por la noticia: "La Boca del Lobo supone a los años noventa lo que pudo ser a los treinta La Cripta del Pombo, o en los cuarenta y cincuenta el Café Gijón. Pertenece ya al patrimonio cultural de Madrid, por lo que se debe proteger. Es un símbolo del madrileñismo actual, no se puede cerrar sólo por cuestiones de licencias municipales".