La seguridad en el transporte escolar enfrenta a Gobierno, patronal, sindicatos y padres

El trágico accidente de autobús ocurrido ayer en Asturias -sobre el que la Dirección General de Tráfico realizará una investigación especial- ha puesto de nuevo sobre el tapete la necesidad de renovar la normativa sobre transporte escolar en España. El Gobierno, la patronal, los sindicatos y las asociaciones de padres negocian desde hace meses, con notables discrepancias, un decreto que sustituya al vigente desde 1983 para fijar nuevas medidas de seguridad, algunas impuestas por la Unión Europea (UE).Pero el acuerdo se presenta complicado. CCOO acusó ayer a los ministerios de Educación y de Fomento de "negligencia" porque la negociación está paralizada "sin que la Administración la haya agilizado". A su vez, UGT insiste en reducir la jornada laboral de los conductores y rebajar su edad de jubilación. Para UGT, el Ejecutivo es el "mayor responsable a la hora de conseguir un cambio de normativas laborales".

En la disputa sobre el nuevo decreto todos están en desacuerdo. Mientras el Ministerio de Fomento pretende reducir el límite de antigüedad de los autobuses destinados al transporte escolar de los 18 a los 16 años, los transportistas pretenden que se mantenga el límite vigente de 18. Alegan los empresarios que la disminución en dos años encarecería el servicio. A cambio de mantener la situación actual, la patronal ofrece endurecer controles y la inspección técnica de vehículos (ITV).

Por su parte, la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (Ceapa) propone que ningún autobús de transporte escolar tenga más de 12 años. Y considera imprescindible que siempre que viajen niños menores de 12 años les acompañe un monitor. La Administración aboga por implantar esta figura sólo cuando haya más de 10 niños menores de seis años. También se regularán los limitadores de velocidad, el uso del tacógrafo, los tiempos de conducción, los itinerarios y la ubicación de las paradas.

Un medio seguro

No obstante, y a pesar de lo obsoleto de la regulación, la Confederación de Transportes de Carreteras (CTC) salió ayer, con cifras en la mano, en defensa del autobús. En un informe titulado Seguridad en medios de transporte de viajeros destaca que sólo el 1% de las víctimas en accidentes de tráfico durante 1997 viajaba en este medio y que es precisamente el que registra el menor índice de mortalidad desde 1980.El citado estudio indica que en los últimos 17 años han muerto 831 personas que viajaban en autobús frente a las 57.172 que fallecieron en accidentes en turismos y los 100.000 motociclistas que perdieron la vida. Asimismo, recalca que sólo uno de los 427 autocares implicados en siniestros con víctimas en 1996 presentaba fallos mecánicos.

En las últimas dos décadas, dos accidentes afectaron a autobuses de escolares. En diciembre de 1978, en Muñoz (Salamanca), fallecieron 30 niños y un adulto al ser arrollado un autocar por un tren. En abril del año siguiente, en Santa Cristina de la Polvorosa (Zamora), murieron 44 menores y cuatro adultos al caer otro al río Órbigo.