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ESTA SEMANA

El pulso permanente

R econocimiento del censo real de población, actualización razonable de las pensiones y financiación autonómica. De nuevo aquí los tres ejes que marcarán, una vez más, la actualidad andaluza durante esta semana. Nada indica que esta situación vaya a evolucionar de forma positiva en la búsqueda de un punto en el que resolver las diferencias, de ahí que nos encontremos, otra vez, ante un pulso permanente entre unos y otros. A pesar de todo, ambas partes desvelan su disposición a mantener algunas vías de diálogo que hagan posible algún tipo de acuerdo. Sin embargo, cualquier atisbo de entendimiento queda oscurecido tras los encontronazos vividos en jornadas anteriores. Así que, más de lo mismo. La reclamación del censo ha roto ya los límites del propio Ejecutivo y del PSOE, y es asumida tanto por los sindicatos como por la patronal. Sorprendente la actitud firme del máximo representante de ésta, Rafael Álvarez Colunga, quien se atreve a llevar esta reivindicación al mismísimo José María Cuevas, presidente de la CEOE. Una actitud la suya que da munición a su jefe contra Arenas, su verdadero foco de problemas últimamente y que despierta más de un recelo en las filas populares andaluzas. La sombra de este grave asunto sin duda que se proyectará en el debate del Parlamento andaluz sobre los Presupuestos de la Junta para el próximo ejercicio. Dos enmiendas a la totalidad, las del PP e Izquierda Unida, y un objetivo como el de impedir que Alfredo Sánchez Monteseirín sea quien hable en la Cámara en representación de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. En el PP no le consideran el interlocutor válido y quieren, en cambio, que intervengan distintos alcaldes y presidentes de diputación. Y después del gran mensaje dejado por Borrell en Andalucía este pasado fin de semana, en Granada, "el único interlocutor del PSOE soy yo", Chaves afronta en el ámbito interno una semana movida. Este lunes, reunión del Consejo Territorial, el cónclave de los varones socialistas. Tienen que decidir pautas de actuación futuras y han de debatir sobre la vigencia o no del documento de Mérida, o lo que es igual, el movimiento, tachado de "españolista", de los llamados tres tenores y protagonizado por el propio presidente de la Junta andaluza además de José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. A estas alturas del curso, no quieren algunos que aparezcan esta triada, por ejemplo, durante la campaña electoral en Cataluña. Ese arrebato en defensa de la Constitución gusta muy poco a un Pascual Maragall, candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, quien tendrá ocasión de hablar de ello durante su estancia hoy en Sevilla, para participar en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El debate, mientras tanto, se suscita en nuestras ciudades, entorno a problemas tan cotidianos y pegados a la realidad como es el de la seguridad ciudadana. Será éste, a partir de ahora, un frente por el que se atacará a los alcaldes populares tras dispararse las incidencias, en muchos casos ligadas al fenómeno de la "movida juvenil". Claro que ante tal amenaza, sólo hay que confiar en los sólidos argumentos del delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado. Con esa finura e inteligencia política que le caracteriza, quiere quitar hierro al asunto y aclara que las víctimas de estos percances no están, afortunadamente, relacionadas con bandas armadas. Un acerto que da cuenta del dominio de la materia por parte del señor delegado y que, sin duda, habrá contribuido más bien poco a dar tranquilidad a la sociedad.

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