La policía lanza registros masivos en bares de copas para hallar droga y armas

Sonaba Camarón de la Isla por los altavoces cuando uno de los templos del flamenco de la capital fue objeto, en la madrugada de ayer, de un registro masivo de la policía. Más de 30 agentes, entre ellos antidisturbios y efectivos de paisano de la Policía Municipal, irrumpieron a las 2.45 en el conocido bar Candela, desalojaron a sus cerca de 120 clientes y les cachearon en plena calle del Olmo (en el barrio de Lavapiés). Entre los sorprendidos por la policía se encontraban, junto a otras figuras del cante, el dúo jerezano Navajita Plateá, el guitarrista Tomatito, una decena de miembros del ballet de Sara Baras y la bailaora La Tobala.

Esta polémica actuación policial se inscribió en una campaña más amplia de registros en bares de copas de Madrid que ha emprendido la Jefatura Superior de Policía. De hecho, esa misma noche, otro local de la zona fue tomado por los agentes.

La cobertura para estas intervenciones es la denominada Operación Luna, una iniciativa de la Delegación del Gobierno que en principio sólo implicaba la puesta en marcha de controles callejeros. Este despliegue, al que ahora se han sumado los registros en bares, se pone en marcha cada fin de semana en los principales puntos calientes de la capital, especialmente en Moncloa, Chamberí y Centro. Su objetivo teórico es tanto la erradicación de las armas blancas como la persecución de la droga.

Dos objetivos que en la intervención policial de ayer, rodeada de fuertes medidas de seguridad (incluso se cortó la calle con vallas), brillaron por su ausencia. La operación, según confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, terminó sin que se hubiesen hallado armas blancas o drogas en el popular bar flamenco. Sólo hubo abucheos (palmas incluidas) de los clientes, que una vez acabada la operación volvieron al local.

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