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Castro dice que en Cuba "no hay presos políticos, sólo contrarrevolucionarios"

El diálogo entre el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, y el presidente cubano, Fidel Castro, sobre derechos humanos amenaza con ser breve si el comandante mantiene en privado lo que en público dijo el martes en la residencia del embajador de España, Eduardo Junco: "En Cuba no hay presos políticos, sólo hay presos contrarrevolucionarios".

Castro se reunió ayer con Matutes por tercera vez, pero en esta ocasión lo hizo a solas, durante dos horas, en el Palacio de la Revolución. En la entrevista, la más importante del viaje, Matutes pretendía abordar los asuntos políticos más delicados, incluida la situación de algunos presos de conciencia. "Vamos a hablar de todo. Como el propio presidente Castro dijo ayer, no hay temas proscritos de la agenda", apuntó horas antes.

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Acalorado tras un paseo por el casco histórico en compañía del historiador de La Habana, Eusebio Leal, Matutes agradeció la "cordialidad" del trato dispensado por las autoridades y destacó su "apertura de espíritu al diálogo", del que, dijo, "espera mucho". Matutes indicó que "incluso cuando las coincidencias no son muchas, cuando hay desacuerdos, existe un diálogo constructivo". En este mismo tono, conciliador y alejado de cualquier comentario que pudiese herir la susceptibilidad de los dirigentes cubanos, se ha expresado el ministro hasta el momento en todas sus intervenciones.

Encuentro con disidentes

Matutes, quien ha evitado mencionar a la disidencia, a lo más lejos que ha llegado es a decir que "cree que es bueno mantener contactos, además de con las autoridades, con los distintos sectores de la sociedad".Aunque la delegación española no ha confirmado que se vaya a producir un encuentro con representantes de los grupos disidentes, se da por seguro que el ministro se entrevistará hoy, antes de regresar a España, con varios opositores cubanos, entre ellos el socialdemócrata Elizardo Sánchez y el democristiano Osvaldo Payá.

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El martes por la noche -madrugada de ayer en España-, Castro dejó claro en la residencia del embajador español qué opina sobre las reclamaciones que se hacen a su Gobierno sobre los derechos humanos en la isla. "En Cuba no tenemos presos políticos, tenemos presos contrarrevolucionarios. Pero admitimos que ustedes los llamen así", dijo.

Castro se acogió a la definición del jurista republicano exiliado Jimenez de Asúa sobre los prisioneros políticos. "Decia Jimenez de Asúa que presos políticos son aquéllos que han sido sancionados por actividades en favor del progreso de la humanidad y por actividades en favor de la revolución, y que no recibían tal calificativo los que luchaban contra el progreso. Para mí, aquéllos que luchan por el imperio y por las ideas del imperio no son presos políticos", sentenció.

El mandatario cubano se refirió también en tono cuestionador, pero prudente, a Amnistía Internacional, organización que ha pedido a Matutes que se interese por la suerte de 18 presos de conciencia: "He visto algunas cositas que dice Amnistia Internacional..., algunas son buenas, pero otras son increíbles".

Castro también se refirió al gran tema de la visita de Matutes, el próximo viaje de los Reyes de España a Cuba, que dio por hecho. Hasta dijo, en tono de broma, que pensaba llevar a don Juan Carlos al Museo de la Ciudad para "sentarlo en un trono que tenemos por allí si el protocolo español lo permite". Matutes podría anunciar hoy esta visita, posiblemente en la primavera de 1999, aunque el anuncio oficial de la fecha lo hará en su día La Zarzuela.

En la misma residencia en que conversó el martes distendidamente con Castro, Matutes almorzó ayer con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, y otros dignatarios de la Iglesia católica.

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