Álvarez Cascos no interviene en el Parlamento desde el verano

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, no ha respondido a preguntas ni interpelaciones en el Congreso ni en el Senado en lo que va de periodo de sesiones, es decir, desde el verano. Este hecho fue revelado ayer, en la sesión de control del Ejecutivo en la Cámara Alta, por el socialista Juan Antonio Arévalo, que lo atribuyó al interés de José María Aznar por desplazarlo sin pagar el costo de destituirlo.

Arévalo preguntó al Gobierno si Aznar mantiene la confianza en Cascos. La respuesta del portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, fue afirmativa, pero no pudo desmentir que el vicepresidente lleva dos meses sin contestar preguntas ni interpelaciones en el Parlamento, sin que se justifique su ausencia, desde que Aznar decidió "centrar" el PP y sustituyó al portavoz del Ejecutivo Miguel Ángel Rodríguez.

Según el senador socialista, "Aznar ha prohibido a Cascos hablar en el Parlamento, fórmula intermedia para, sin cesarle de momento, callarle lo que se pueda". Arévalo argumentó que las causas del desplazamiento de Cascos son que "estorba en la operación de imagen centrista" diseñada por Aznar.

Arévalo destacó de Cascos "su impagable colaboración para crispar el clima político; sus iniciativas y persecuciones sin preocuparse de poner en peligro la estabilidad del Estado, como dijo Anson; su protagonismo en las relaciones de Amedo y Pedro J.Ramírez; su increíble doctrina sobre el interés general para machacar al infiel, etcétera".

El senador concluyó que Cascos "no da la imagen, pero como no se le puede o debe cesar, se le mantiene en libertad vigilada. Y si Aznar no permite a Cascos atender todas sus obligaciones, como el control parlamentario, no se siente Cascos obligado a dimitir". Piqué se limitó a replicar que "es muy difícil hacer oposición a un Gobierno que presenta unos resultados francamente buenos".