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Desafío en la Puerta del Sol

La Puerta del Sol fue ayer escenario de un singular desafío. Un grupo de jóvenes y famosos actores (entre ellos Miguel Malla, Alberto San Juan o Ernesto Alterio), armados con guitarras y muchas ganas de protestar, se juntó bajo la céntrica estatua del oso y el madroño y se dispuso, ante la mirada de centenares de curiosos, a retar la circular del Ayuntamiento que impide la actuación de más de dos músicos en la calle. El resultado fue una protesta con un marcado tono festivo y en el cual la policía permitió que los artistas se explayaran. Este hecho supone una excepción a lo que viene siendo habitual cada vez que un músico desenfunda su guitarra o que un mimo despliega su sábana blanca en las calles del centro de la capital. Esta vez, los agentes locales tan sólo pidieron a los músicos que descolgaran la pancarta que habían izado en la emblemática escultura madrileña y en la que se proclamaba: "Por un Madrid libre, ciudadano, festivo y sonoro".Por lo demás, la pareja de policías municipales se limitó a merodear durante toda la mañana en torno a los músicos y el centenar de personas que los jaleaba. Nacie hizo caso, pues, a la polémica circular interna que tantas críticas ha suscitado en la oposición y entre los artistas y músicos callejeros.

Una señora, en tono muy serio, les explicaba las últimas disposiciones del alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano: "Que aquí no podéis estar, hijos. Que viene el alcalde y os echa. Dos, sí; pero tres, no".

"Cada dos por tres estamos indignados con las cosas que se le ocurren a este alcalde. Hay que empezar a mostrar esa indignación. Este acto está dentro de un rechazo general a su política y a su obsesión por regular, cercar y prohibir cada manifestación ciudadana", comentó Alberto San Juan un poco antes de que empezaran a sonar las guitarras y el saxo. Fue este actor y Miguel Malla, hermano del músico y actor Coque Malla, los que decidieron movilizarse para protestar por la polémica decisión municipal.

A golpe de teléfono, se citaron en la Puerta del Sol los actores Amparo Valle, Guillermo Toledo, Gustavo Salmerón, Aitor Merino, Carola Escarola, Armando del Río o Javivi, al que los viandantes reconocieron como el portero de A las once en casa. Éste último leyó un manifiesto en el cuál, entre otras cosas, los artistas denunciaron "el talante demasiado obsesivo del alcalde por regular y prohibir las manifestaciones festivas".

"Esta ciudad ha sido libre. ¿Lo va a dejar de ser ahora? ¿Cómo es que no nos podemos juntar tres músicos para tocar una canción romántica? En esta ciudad peligran unas libertades que conquistamos hace 20 años", dijo Javivi. Poco después los músicos interpretaron muy el ya clásico Vamos a tocar un rock and roll en la plaza del pueblo. Luego llegarían Volando voy o Maneras de vivir. Hubo también rumbas y canciones mexicanas, incluso baile agarrado.

Una de las participantes que más cantaban y daban palmas ayer era una profesora de Derecho Constitucional, que explicó: "Esta circular del Ayuntamiento es claramente inconstitucional, porque vulnera el derecho a la libertad de expresión. Ningún tribunal aceptaría la aplicación de esa norma". Otro de los que formaban parte del público añadió: "Es una medida extrema. Nos quieren poner al Gran Hermano todo el día a vigilar. Ya, ni se puede correr por la calle", dijo el joven. Una pareja de chicos contaba a todo aquel que quisiera escucharles que había dado con una sencilla triquiñuela para burlar la polémica circular municipal (una medida orientativa que aún no ha validado ningún decreto y que fue dictaminada por el Ayuntamiento para orientar a los agentes municipales ante las actuaciones callejeras, hasta ahora sin regular). Dijeron los dos jóvenes que para saltarse esa norma los artistas deben colocarse en grupos grandes, pero bien separados unos de otros, de tal manera que pueda parecer que se actúa en solitario o en dúo.

Sobre la cuestión de si los artistas callejeros han de ser bienvenidos o rechazados hubo también total unanimidad. "Dan categoría y suben el nivel cultural de una ciudad", dijo un integrante del público, mientras el resto asentía a su afirmación. Para muchos los participantes en el desafío de ayer, Madrid ha logrado adquirir fama como una de las ciudades menos permisivas para estas actividades. "Estamos tristes porque Madrid se apaga", lamentó otro de los que hacían corro. "La fiesta está en la calle, siempre ha estado en ella", se escuchó entre el público.

El Ayuntamiento, mientras tanto, no efectuó declaraciones.

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