Castilla del Pino compara los sueños heroicos de los etarras y de los legionarios de la guerra civil
Sevilla fue hace algo menos de un año el escenario de un asesinato de ETA. El concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa fueron abatidos por la banda terrorista. La turbia sordidez del asesino etarra contrasta con la fuerza limpia de la palabra y el diálogo. Así lo demuestran las Jornadas por la Paz, organizadas por la Fundación Alberto Jiménez-Becerril, que se iniciaron ayer en el paraninfo de la Universidad de Sevilla. El psiquiatra Carlos Castilla del Pino hizo un análisis sobre los terroristas y sus sueños de heroísmo, que comparó con las fantasías de los legionarios en la guerra civil.
"El heroísmo es siempre un comportamiento de excepción. En una sociedad normal no se precisa del héroe", indicó Castilla del Pino, que ha publicado recientemente El delirio, un error necesario. Tras este preámbulo, el autor de Pretérito imperfecto, una de las mejores autobiografías de las últimas décadas, señaló las afinidades entre los sueños heroicos de los etarras, los fascistas, los legionarios y los falangistas. "Vive peligrosamente", decía Mussolini. Es posible que alguno de los presentes recuerde a los novios de la muerte, a los caballeros legionarios", afirmó. El psiquiatra recordó algunas estrofas de la canción El novio de la muerte, himno de los legionarios, para calificarlas de "trágica estupidez". "La exaltación del heroísmo tuvo trágicas consecuencias en nuestra guerra civil", concluyó el psiquiatra. Castilla del Pino incidió entonces en las aspiraciones heroicas de los etarras. "El héroe ha de crear las circunstancias en las que él sea indispensable. ETA inventa como realidad lo que no es tal. Se inventa enemigos y opresores. Dice que no mata a personas, sino a lo que éstas representan", explicó el autor de Teoría de la alucinación. "El mito del pueblo vasco" Castilla del Pino criticó, a continuación, la postura del PNV. "Este discurso etarra tiene su coherencia con el discurso nacionalista de los Arzalluz, Anasagasti, Egibar", señaló antes de fijar los dos pilares ficticios en los que, a su juicio, se escudan los etarras y los nacionalistas: "el mito del pueblo vasco" y "el mito de su opresión por parte del pueblo español". En la línea de comparación entre etarras y falangistas, Castilla del Pino recordó los casos de terroristas de ETA con apellidos castellanos y los de aquellos hijos de republicanos encarcelados que militaban en Falange. Castilla del Pino fue el único ponente, ya que no acudieron los otros dos previstos: el historiador Charles Powell y el juez Baltasar Garzón. Con todo, el coloquio posterior animó el debate. El catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo provocó la reacción, un tanto molesta, del escritor Jon Juaristi. Pérez Royo calificó de "terroristas" a los militantes de ETA de los años sesenta. Juaristi, autor del ensayo El bucle melancólico y uno de los poetas más importantes de su generación, formó parte de ETA hasta finales de los años sesenta. "Nosotros éramos antifranquistas. La ETA reconstruida en 1971 y 1972 no era antifranquista", explicó Juaristi, que considera que esa ETA posterior y de la que él no formaba parte no tenía ya a Franco como enemigo, sino a España. "Me he arrepentido de muchas de las cosas que he hecho en mi vida, pero no de esa parte de mi pasado. No he sido un terrorista", explicó Juaristi. El ensayista recordó uno de los primeros atentados de ETA y la actitud de distintos sectores antifranquistas ante aquel crimen. "La extrema izquierda, y la no tan extrema, lo aplaudió. Las responsabilidades estaban mucho más confusas y eran más compartidas", manifestó Juaristi. El escritor insistió en definir a la ETA de 1968 como "un grupo de extrema izquierda con un carácter nacionalista poco marcado". El autor de El bucle melancólico, que intervendrá hoy en la segunda y última jornada de este encuentro, recogió el discurso de Castilla del Pino sobre las relaciones de ETA con el PNV al recordar una declaración del ex lehendakari José Antonio Ardanza en 1986: "Ardanza dijo que ETA durará hasta que no se satisfagan las legítimas demandas del pueblo vasco". Segundos antes, Juaristi había afirmado: "Los nacionalistas vascos pueden presentar cualquier tipo de demanda por absurda que sea" con el argumento "de que es un derecho inalienable".
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