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El nuevo reglamento del taxi se demorará más de un año por problemas jurídicos

El Gobierno deberá elaborar previamente una ley del transporte

Problemas jurídicos impedirán que Euskadi tenga este año el primer reglamento autonómico del sector del taxi. El director de Transportes del Gobierno vasco, Aitor Uriarte, reveló que el vacío jurídico existente obligará al elaborar un proyecto de ley del transporte urbano e interurbano para que pueda tener validez el reglamento del taxi. O sea, unos trámites que se prolongarían durante más de un año y que entierra las previsiones lanzadas desde el Ejecutivo y frustra los deseos de los taxistas vascos.

La nueva normativa, que convertirá a Euskadi en la primera comunidad autónoma que cuente con un reglamento propio en el sector, iba a ser aprobado el pasado verano y suponía una flexibilización, al abrir nuevos mercados y acabar con la figura del asalariado. Sin embargo, la salida del PSE-EE del Gobierno vasco -ostentaba el Departamento de Transportes- demoró los trámites hasta que el nuevo equipo, dirigido por el PNV, conociera el asunto. A primeros de septiembre, el nuevo director de Transportes vaticinó que se aprobaría en el plazo de un mes. Los plazos vuelven a incumplirse y, esta vez, será por un largo periodo. El motivo ha sido el informe jurídico negativo del departamento de Presidencia, puesto que el reglamento se apoyaba en la Ley de Ordenación del Transporte (LOT) de 1987, cuyos artículos referidos al transporte urbano fueron declarados posteriormente nulos por el Tribunal Constitucional. "Estaba ya consensuado con el sector pero Presidencia nos ha dicho que si se aprueba podría ser recurrido por cualquiera y se declararía nulo", señala Aitor Uriarte. El retraso frustra los deseos de los taxistas vascos, que llevan cuatro años de trabajo en la elaboración del reglamento. El director de Transportes, que ya ha comunicado la situación a los profesionales, reveló que se elaborará un protocolo "donde se expresa la elaboración del proyecto de ley del transporte urbano e interurbano que, una vez aprobado, daría paso al reglamento del sector del taxi, que se apoyaría entonces en dicha ley". Los trámites se prolongarán en el tiempo. Uriarte calcula que la aprobación de la ley "puede durar un año y pico, porque hay que negociar el borrador con los ayuntamientos, las diputaciones, Eudel y luego con los afectados, que además de los taxistas son las compañías de autobuses". La principal novedad del reglamento ya definido es la apertura de nuevos mercados para los taxistas. Además de la posibilidad de trasladar taxis de un pueblo a otro según la demanda existente, se permitirán realizar labores de transporte de minusválidos, paquetería e incluso abre la vía para suplir las deficiencias de los autobuses urbanos. Junto a ello, se permite la entrada en el mercado de los vehículos de alquiler y se suprime la figura de los asalariados para lograr la máxima "un taxi, un conductor". La normativa concede un mayor peso a los profesionales del taxi y les somete a una dependencia menor de las decisiones de los ayuntamientos. Así, la creación de nuevas licencias en cada municipio -potestad que ahora recae exclusivamente en los ayuntamientos- se decidiría en una comisión provincial en la que que estarán representadas las instituciones y el sector. Este reglamento se consideraba fundamental para la reestructuración del sector, sobredimensionado en muchos municipios y especialmente en Bilbao, el único lugar donde se ha elaborado un plan de reordenación. Su puesta en marcha está prevista para finales de año, pero será sin el apoyo del reglamento autonómico.

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