Examen electoral
La larga negociación del convenio colectivo de Ford España ha sentado las bases del próximo episodio sindical en la factoría de Almussafes. Suscrito el convenio, el comité de empresa tratará en la semana entrante la convocatoria de elecciones sindicales. Un proceso que debería haberse celebrado, pero que se ha retrasado por el conflicto. Apurando los plazos legales, los comicios sindicales no se podrían celebrar hasta principios de 1999. La actuación de cada sindicato en el largo y complejo proceso de negociación del convenio será sometida al examen de la plantilla. "No será lo único que va a decidir, pero la lectura del último tramo de las negociaciones es significativo", explicaba uno de los miembros del comité el pasado viernes tras la firma del convenio. La Generalitat irrumpe en la negociación cuando el conflicto sale de la factoría. Los responsables de Trabajo se reúnen con los secretarios generales de UGT y CC OO, Rafael Recuenco y Joan Sifre, en reuniones por separado, en las que apelan a su sentido de la responsabilidad para evitar que el conflicto se desbocase más. Sifre responde que el órgano legitimado para sacar adelante la negociación es la sección sindical en Ford. UGT deja abiertas las puertas. En un encuentro en Xàtiva a principios de octubre, la Generalitat, la dirección de Ford y el dirigente ugetista Rafael Recuenco alcanzan un preacuerdo sobre tres puntos: prejubilaciones a partir de los 58 años, creación de 400 nuevos empleos y el recorte de la jornada laboral anual. Las circunstancias aconsejan, sin embargo, que UGT no suscriba el acuerdo sin CC OO, según fuentes de la Administración valenciana. El siguiente encuentro se celecbra poco antes de la manifestación convocada por los trabajadores de Ford el 21 de octubre, con los ánimos muy caldeados. La compañía ha puesto su última oferta sobre la mesa y mientras UGT la defiende con algunas mejoras, CC OO entiende que es engañosa. Toda la afiliación de este sindicato en Ford tiene puesta su mirada en la actuación de sus dirigentes. La presión dentro y fuera llega a ser asfixiante. "A CC OO no se le perdona nada, no se nos permite ni un solo fallo, mientras que a otros sindicatos no se les mide con otro rasero", declara un dirigente de este sindicato. En los comedores de la planta de Almussafes, barómetro del sentir de los trabajadores, UGT se convirtió en blanco de las consignas de reproche por su posición en la negociación. La decisión de los ugetistas de proponer al comité una tabla reivindicativa cercana a la de la empresa, donde no estaba la promoción del grado 5 al 6 de los operarios de montaje les distanció de este colectivo. CC OO y CGT se mantuvieron firmes con esta reivindicación. En uno de los últimos comités de empresa, la propuesta de estos dos últimos sindicatos pierde y se impone la de UGT, gracias, entre otras cosas, a la abstención del PUT. Casualmente el Tribunal Superior de Justicia valenciano acababa de fallar en contra de la constitución de esta sección sindical. Con este mar de fondo se reúne la comisión negociadora de Ford, donde después de 20 horas de negociación se llega a un preacuerdo, pendiente sólo del referéndum del pasado jueves. La Generalitat convoca a CC OO a una reunión para asegurarse de que apoyará la propuesta en la consulta, un encuentro que al final no se produce. Poco importa esta anécdota, dado que CC OO apoyó el preacuerdo. En última instancia, UGT estaba dispuesta a suscribir un convenio de eficacia limitada si CC OO se descolgaba en la recta final de la negociación. CC OO ha estado en el "ojo del huracán" durante todo este proceso, reconoce el secretario general de la sección sindical, Pasqual Guerola. Su decisión de pedir el voto favorable al convenio en el referéndum celebrado en Ford le ha valido no pocas críticas de los sindicatos minoritarios (SPV y PUT, ambos escindidos de CC OO) y de CGT, a los que se culpa de haber radicalizado la negociación. Estas críticas se trasladaron a la plantilla el día antes de la consulta del jueves, ante la posibilidad de que CC OO hubiera participado en una reunión con la empresa en la que se habría cerrado un acuerdo. Fuentes sindicales conocederas de la negociación aseguran ahora que todo acabó que nadie eligió Ford como bastión de defensa de las 35 horas como se pensó en un principio. "Al contrario, ésta ha sido una negociación clásica, en la que la tabla reivindicativa era excesivamente larga". Una plataforma tan ambiciosa como irrealizable, influencia tal vez de unas cercanas elecciones sindicales en la factoría.
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