_
_
_
_

REM inicia una nueva etapa como trío

Michael Stipe afirma que su grupo seguirá ignorando las convenciones de la industria

Diego A. Manrique

REM ha vuelto a Europa tras aquella desdichada gira de 1995 donde tres cuartas partes del grupo pasó por los servicios de urgencia. Una experiencia fuerte que motivó la marcha de su baterista, Mike Berry, e hizo temer por su futuro. Finalmente, Peter Buck, Michael Stipe y Mike Mills han optado por continuar juntos, con nuevos métodos de trabajo en el estudio y algunos amigos para las presentaciones en vivo.

La de ayer fue una buena noche. REM se había comprometido a presentar su último trabajo, Up, un disco brillante y seductor a pesar de su melancolía, en El Séptimo de Caballería, el programa que presenta Miguel Bosé en TVE. La amabilidad de su compañero de discográfica y el hecho de que el público televisivo estuviera integrado por seguidores de carnet hizo que el grupo se sintiera cómodo y que protagonizara un vigoroso concierto completo dominado por sus clásicas.La celebración también debió ser larga. Peter Buck, el guitarrista, se escuda tras gafas negras, se aferra a un brebaje y parece tener el baile de San Vito en la pierna derecha. Se ha teñido el pelo pero sigue enarbolando la bandera de rockero impenitente, blindado a las desdichas: es el único que en la anterior gira no visitó los hospitales. "Estoy habituado a la vida en la carretera", aclara, "a dormir unas pocas horas después de tocar y divertirme. Ayer tuvimos un buen público que nos daba energía. Siempre nos hemos sentido orgullosos de nuestros seguidores, son gente tolerante que acepta, por ejemplo, que Sonic Youth sea nuestro telonero sin mostrar agresividad".

Activismo político

Buck pertenece a la estirpe de músicos que no pueden parar: "Sí, lo de "tengo guitarra, estoy dispuesto a viajar" podría ser mi lema. Cualquier grupo o solista que me guste puede llamarme para producir, tocar, componer. Especialmente si se trata de una situación espontánea, lo de hacer un disco en una semana. También colaboro con Tuatara, que es un grupo numeroso algo jazzy, o ayudo a los Screaming Trees". Buck defiende con idéntico ardor las incursiones de REM en el activismo político: "Tocamos a favor de la libertad del pueblo tibetano en Washington para señalar las incongruencias del sistema. Dicen que Cuba es una dictadura pero se considera "nación amiga" a China, a pesar de que ignora los derechos humanos, al igual que otros países donde se explota a la infancia en trabajos miserables. Yo nunca apoyaría a un político de mi país, creo que republicanos y demócratas son lo mismo, pero pongo mi guitarra al servicio del medio ambiente, la lucha contra el hambre, la defensa de los sin techo".Michael Stipe, el cantante del grupo, tiene muy claro que REM debe entrometerse en esas causas: "Estoy habituado al cinismo de los medios, esas maldades tipo "el Tibet es la causa de moda este año". Lo asombroso es que músicos o actores se vean obligados a llamar la atención sobre esos asuntos, aunque tengamos escasos conocimientos de política exterior o ecología. Son los políticos y los líderes sociales los que están fallando". Stipe se lía unos cigarrillos diminutos que enciende con un mechero con la imagen del Che Guevara. No parece, desde luego, un productor cinematográfico: "Sí, me tomo muy en serio lo de producir películas. Estoy luchando para filmar American psycho, creo que es una novela mal interpretada: no retrata a un asesino psicópata, más bien es un análisis de la América de Ronald Reagan y George Bush".

También garantiza que REM pretende seguir ignorando las convenciones de la industria: "Leo que estamos de capa caída, que nuestro anterior disco, New adventures in hi-fi, fue un pinchazo. Bien, vendimos cinco millones de copias y eso es más que suficiente para mí. Detesto el culto del dinero, esos reportajes llenos de cifras sobre el coste de la película o los sueldos de los actores. Si me preguntas por la última película que he producido, Velvet goldmine, no te sabría contar lo que ha recaudado la pasada semana. En cambio, sí que te diré que es maravilloso que alguien recupere la era del glam, que yo considero una etapa importante de la historia del rock. Me he llevado la sorpresa de que gente como U2, Radiohead, P.J.Harvey me han confesado que se sienten inspirados por aquella época de fantasía, de ambigüedad sexual, de peinados y ropas imposibles".

Trauma

Mike Mills, el afable bajista de REM, explica con lucidez el trauma de la separación de Mike Berry: "Odiaba viajar, la comida rara, el ser fotografiado, el conocer a nueva gente. Es decir, todo lo que es la vida diaria de un músico. Prefiere quedarse en su granja de Georgia mientras nosotros creemos que tocar en directo es la mejor sensación posible. Fue muy correcto al plantear su marcha y creo que debemos agradecerle el ponernos en la tesitura de reinventarnos. En ese momento descubrimos que las viejas reglas de REM ya no eran válidas".Así, una de las novedades de Up es que por vez primera se incluyen las letras, siempre enigmáticas. Según Stipe, su forma de cantar garantizaba que ni siquiera se entendieran en los países anglosajones, "lo que daba margen para que se hicieran interpretaciones muy creativas de versos que, debo confesarlo, inicialmente no contaban nada". Fue Mills el que, al ver los textos pegados a las paredes del estudio, convenció a su compañeros para publicarlos.

También hubo una dependencia mayor de lo habitual en cajas de ritmo y teclados. Mills aclara que eso fue parte de la experimentación, de la búsqueda de la nueva personalidad de REM: "En realidad, preferimos el mellotron y esas máquinas analógicas a la última tecnología digital, Buck es un gran coleccionista de esos aparatos y jugamos con ellos en su desván, donde está su estudio, que tiene nombre en español, La casa del elefante".

Sólo una regla de la vieja formación permanece inalterable: "Nunca venderemos nuestras canciones para publicidad. Lo puedo entender con un artista que comienza pero me cuesta aceptar que Yoko Ono venda una foto suya con Lennon a Apple Computers".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_