"Los centros municipales de cultura están hundidos"

José Rodríguez-Tarduchi compagina los conciertos de turuta en el grupo cáustico-musical El Taller de Reinsertables, de José María Alfaya, con la dirección del Ateneo Cultural Primero de Mayo, de Comisiones Obreras, que cumple su décimo aniversario. A sus 52 años, este ingeniero agrónomo, ex dirigente sindical de la Administración pública, tan pronto organiza muestras de teatro alternativo y conciertos de cantautor en el salón de actos del sindicato como interpreta El bolero del autoempleo o Las guajiras de Mastrique junto a los otros reinsertables.Pregunta. Parece más entretenido su actual cometido sindical que la dura negociación de un convenio.

Respuesta. Ahora me lo paso muy bien, pero los años en los que fui dirigente sindical también fueron muy buenos. Al fin y al cabo, a un sindicato entras porque quieres, y crees en ello, nadie te obliga, así que mala cosa sería que se viviera como una carga.

P. ¿Qué hace un sindicato organizando ciclos de teatro?

R. Es que el papel de un sindicato no es sólo defender los derechos básicos de los trabajadores, sino también apoyar la actividad cultural, que es fundamental para el avance progresista de la sociedad. Por eso creamos el Ateneo.

P. ¿Con qué criterio eligen la programación?

R. Nos interesa que sean cosas de calidad, pero, sobre todo, dar salida a propuestas que tienen difícil acceso a los canales comerciales. Ahora en otoño hemos organizado un ciclo de teatro con grupos muy buenos de actores discapacitados, enfermos de sida, jubilados o estudiantes de secundaria. Por aquí han pasado unos cuantos cantautores, como Paco Bello o Pedro Guerra, antes de que se hicieran famosos.

P.¿Por qué tanto cantautor? Si no incluyen otras tendencias musicales, quizá dejen en el tintero a un público más joven.

R.Los cantautores también arrastran a gente joven. Pero además organizamos conciertos de flamenco y de jazz. Confieso que conozco menos otras músicas de última hornada. Ahora estamos pensando pasar los recitales matutinos de los domingos a la noche de los viernes porque su público natural es más noctámbulo que diurno.

P.¿Qué le parece la oferta cultural de las instituciones madrileñas?

R.Bastante casposa y adocenada, a juego con los tiempos que corren. Por ejemplo, los centros de cultura municipales yo creo que están hundidos en la miseria. Debían servir de cauce a las iniciativas que surgen en los barrios, pero no apoyan la cultura de base.

P. Imagine que les ceden uno de estos locales municipales. ¿Qué haría con él?

R.Lo primero, contactar con todos los grupos de la zona que organizan revistas literarias, que están apasionados por el cine o que hacen música. Todas las actividades habría que montarlas contando con ese tejido social.