La nueva torre de control del aeródromo ya funciona

La nueva torre de control del aeropuerto de Barajas entró en funcionamiento la tarde del pasado viernes. Se trata de un edificio singular, de 71 metros de altura, dotado de la tecnología más avanzada en materia de control aéreo. Y significa, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), "un paso decisivo en la modernización y ampliación" de Barajas.

En un principio, los equipos técnicos de la nueva torre de control funcionarán conjuntamente con los de la actual instalación. Esta situación se mantendrá "hasta que se asegure la total adaptación del control al nuevo entorno y espacio aéreo", afirma AENA.

La construcción de la nueva torre madrileña ha corrido a cargo de la empresa Agromán, y está basada en un proyecto del arquitecto Bruce S. Fairbanks. "Su singularidad arquitectónica y su avanzado equipamiento tecnológico para la navegación aérea", señala AENA, "la convierten en una de las edificaciones más significativas y modernas del sector aeronáutico nacional".

La torre incorpora cinco pisos de equipamientos y servicios, entre los que destaca su fanal (campana de cristal que corona la instalación), que ofrece una visión completa de 360 grados sobre las dos pistas actuales y la nueva. También dispone de un moderno servicio de información meteorológica, con tres estaciones que avisan automáticamente de la velocidad y dirección del viento, de la temperatura ambiente y la humedad del aire, entre otros parámetros atmosféricos.

Además, cuenta con un sistema de balizamiento "representado en la torre por medio de monitores de alta definición que muestran las tres pistas del aeropuerto y sus correspondientes rodaduras y barras de parada". Esta nueva torre, junto con la tercera pista, "contribuirá a descongestionar el aeropuerto y atender su demanda como enclave de la comunicaciones aéreas internacionales", señala AENA.

Plataforma de motores

Por otro lado, ya se ha instalado en Barajas la nueva plataforma de pruebas de motores.El objetivo de esta instalación -que ha supuesto un gasto de 1.200 millones de pesetas- es reducir la contaminación acústica en la zona. De hecho, forma parte de las medidas de impacto ambiental adoptadas por AENA con motivo de la ampliación del aeródromo.La plataforma se ha enclavado al noroeste del espacio que ocupará la futura área terminal. En su interior se han colocado barreras, como las llamadas deflactoras de chorro, cuya función es desviar las ráfagas de aire caliente que desprenden los motores al probarlos en plena potencia.