El Ejecutivo cree que el "modelo irlandés" ya ha jugado su papel

El Gobierno cree que el modelo irlandés ya ha jugado su papel en la pacificación vasca en la medida en que ha sido referencia para ETA y EH. Pero ya no le sirve. Cree que este país tiene modelos propios y precedentes mucho más útiles para el proceso de paz.

Los negociadores norirlandeses, que llegaron al acuerdo de paz en la Pascua de 1998, tuvieron que improvisarlo todo: un Parlamento en el Ulster, en el que convivir católicos y protestantes, y un órgano de cooperación entre los Gobiernos británico e irlandés. Todo esto ya existe en el País Vasco -un Parlamento autónomo-, donde sólo queda pendiente, en el terreno político, el "incentivo" para integrar a ETA y EH en la vida democrática.

El Gobierno contempla también con alivio cómo el proceso de paz vasco, al contrario del irlandés, no se ha internacionalizado pese a los intentos de ETA, que en el comunicado en el que anunció la tregua trató de implicar a Francia. Ya está claro que el Gobierno de París no va a intervenir, porque considera el asunto una cuestión interna española.

Posteriormente, EH, respaldada por las fuerzas de la Declaración de Lizarra, ha llamado a las puertas irlandesas y a la de Nelson Mandela, inspirador a su vez del modelo irlandés. Tampoco ha habido respuesta de implicación más allá de los deseos sinceros de paz.

El Ejecutivo ha seguido de cerca los pasos de la Iglesia vasca y ha comprobado que no ha dado pasos en esa dirección. Y tampoco cree que sea homologable toda la cadena de gestos del Gobierno británico hacia el IRA, previa al proceso negociador irlandés. Considera que aquí el proceso previo ya está maduro como para que la banda terrorista, sin ambigüedades, envíe un mensaje público o privado en el que certifique el abandono definitivo de la violencia.