_
_
_
_
_

La reforma integral del barrio de La Mina seguirá pendiente después del 2004 debido a su complejidad

El año 2004 será la gran excusa para regenerar un río, el Besòs -que casi nadie asocia con peces vivos-, y para impulsar definitivamente el puerto de Sant Adrià. Sin embargo, el barrio de La Mina y sus habitantes no tendrán tanta suerte y deberán esperar aún 8 o 10 años más para que los bloques más destartalados pasen a mejor vida, dejando expedito el camino a otra tipología de viviendas más acorde con las necesidades de sus futuros residentes. Mientras el alcalde de Barcelona, Joan Clos, explicaba ayer en la sede recién estrenada del Consorcio del Besòs, con vistas a La Mina, las características del futuro puerto deportivo -con 1.100 amarres con vocación de popularizar la vela-, costaba imaginar de qué forma se beneficiarán del evento las familias que viven en los barrios marginales de la margen derecha del río. De entrada, el Fòrum del 2004 traerá bajo el brazo un río limpio y un puerto. Sin embargo, la pregunta que se hacen los vecinos más optimistas, que desde el principio identificaron el 2004 con la fecha de caducidad de una realidad social y urbanística compleja, es si hay peligro de que el Fòrum les pase rozando. Para el Ayuntamiento de Barcelona, el año 2004 le brinda la oportunidad de acabar el trabajo iniciado con las Olimpiadas para completar la fachada marítima hacia el Besòs. Desde el otro lado del río, las cosas se ven distintas: el alcalde de Sant Adrià, el socialista Jesús Mª Canga, repetía ayer que la regeneración de La Mina y la de La Catalana constituyen el núcleo fundamental del problema que les animó desde el principio a embarcarse en un proyecto cultural. La reforma integral de La Mina requiere mover muchos más resortes de lo que puede parecer a simple vista. Uno de los principales escollos a los que se enfrenta, según Canga, es la recalificación del terreno: se necesita hacer acopio de suelo edificable para albergar las viviendas que sustituirán los destartalados bloques. Para que la tramitación urbanística tire adelante, es preciso que los cambios de uso de los terrenos del entorno queden compensados con la reserva de zonas verdes, lo que no resulta fácil porque la oferta existente es reducida.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_