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Una exposición itinerante mostrará la obra de los ganadores del Gure Artea

Los artistas bilbaínos Javier Pérez y Juan Carlos Román y el donostiarra Eduardo López se proclamaron ayer vencedores de los premios Gure Artea 1998, dotados con dos millones de pesetas. Estos galardones son convocados por el Gobierno vasco para "valorar, reconocer, premiar a los jóvenes artistas, así como difundir su obra en el País Vasco y el resto del Estado", según explicó el viceconsejero de Cultura, José María Agirre. Las obras se muestran desde ayer en la Sala Amárica de Vitoria.

Los trabajos de otros diecisiete finalistas acompañarán a los premiadas en un recorrido por diversas salas de exposiciones durante todo 1999. Los tres premios son representativos de dos disciplinas artísticas, pintura e instalación, pese a que los 152 autores que concursaron presentaron también esculturas, montajes audiovisuales, fotografía y dibujo. Una serie de cien cuadros de pequeño formato, organizados sobre seis metros de pared lineal, constituye Poema de cuerpo inflamable, una obra con la que Eduardo López (Donostia, 1965) presenta una secuencia histórica de "las preocupaciones tenidas durante la vida". La pieza expresa "alegría, tristeza e ironía", explicó este artista, que ya había sido seleccionado en otras ediciones del galardón e incluso ganado un segundo y tercer premio. Por su parte, Javier Pérez (Bilbao, 1968) ha obtenido su premio con una "propuesta distinta, vista desde una dimensión subjetiva, del arte contemporáneo", según señalaron los miembros del jurado, respecto a Máscara de seducción. Se trata de una instalación en crin, tela y textos que representa un rostro humano. Una instalación de tiza y neón sobre pared es la propuesta de Juan Carlos Román (Bilbao1961). Con Charlando con Nauman, el autor critica el arte contemporáneo al tiempo que trata de hacer una revisión del mismo. Román presenta en esta obra su punto de vista acerca del "uno de los debates que con mayor facilidad se está extendiendo en la actualidad, como es la función, capacidad y protagonismo que el artista tiene como representante social". Otros artistas seleccionados en la presente edición de Gure Artea son Javier Alkain, Ibon Aranberri, Julio Hernández, Esther Ibarrola, Maider López, Josu Rekalde, Iñigo Royo, el colectivo SEAC (Selección de Euskadi de Arte de Concepto) y Javier Tudela, entre otros. El viceconsejero de Cultura destacó la "variedad y riqueza" de los trabajos presentados. También los miembros del jurado valoraron el nivel alcanzado en esta edición del premio y resaltaron la dificultad en elegir tres de las obras. Consideraron, no obstante, que las piezas elegidas glosan en sí mismas "los postulados, prácticas y enfoques creativos que configuran el heterogéneo panorama del arte contemporáneo". La muestra Gure Artea permanecerá en Vitoria hasta el próximo día 15 de noviembre. Posteriormente , el Gobierno vasco organizará una exposición itinerante con la obra de los tres artistas premiados y piezas representativas de las artes plásticas del País Vasco que recorrerá Madrid, Barcelona y Valencia, entre otras ciudades.

Difusión del arte vasco

Nacidos a comienzos de los años 80, de forma paralela a la creación del Departamento de Cultura del Gobierno vasco, los premios Gure Artea para las artes plásticas y visuales han conocido diferentes etapas y planteamientos. Pese a los cambios, han conservado su espíritu como medio de "difusión y valoración de los artistas vascos y de sus obras, tanto dentro de Euskadi como en el exterior". Tras un periodo en que los galardones se subdividían en secciones, según las diferentes modalidades artísticas, los responsables de Gure Artea decidieron unificar el premio. Se trataba con ello de reconocer "la obra en sí independientemente de su formato", explicó ayer el viceconsejero Agirre, en su recorrido por la historia del certamen. Desde la edición de 1996, los premios han dirigido un especial esfuerzo a favorecer la difusión de la obra de los artistas ganadores a través de exposiciones itinerantes. Con el mismo objetivo, la fase de selección se ha transformado en una muestra colectivo y se ha dado a los galardones una periodicidad bianual. Se fallan todos los años pares y se utilizan los impares para realizar la labor de divulgación de las obras y artistas premiados. Uno de los ganadores, Eduardo López, valoró muy positivamente los premios, "los únicos a los que me presento", y destacó "la calidad de las obras que se hacen en el País Vasco, no sólo a nivel plástico, sino en todas las expresiones artísticas".

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