Centrifugadora de imágenes
Estudiantes de Audiovisual preparan un magazine televisivo realizado por y para jóvenes
"Desde una fiesta benéfica a puro sexo". Todo cabe en El Centrifugado, un magazine televisivo que comenzaron a producir antes del verano 17 alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Málaga con la intención de que alguna cadena termine comprándolo. "Queremos que sea una metáfora de la sociedad donde caben todo tipo de prendas" explica Alejandra Rodríguez, una estudiante de 22 años. "Lo mismo ocurre en una lavadora, donde uno puede elegir el programa que le convenga: el de agua fría o el de agua caliente; uno para ropa delicada o para ropa muy sucia". La idea es hacer un programa de una media hora en el que quepan tres o cuatro reportajes de producción propia. Todos, cómo no, con sus correspondientes dosis de juventud. Y es que, como explica Rodríguez frente a varios monitores, están hartos de los tópicos que se barajan normalmente en la televisión que se produce para la juventud. La razón, dice, es clara: "Los programas dirigidos a los jóvenes no están hechos con un punto de vista propio, sino con una perspectiva que nos marcan desde fuera y que no es la nuestra. Por eso no tienen ningún éxito". Con el objetivo de "crear este punto de vista propio", los alumnos han preparado un grupo de reportajes, de los que seleccionarán los mejores para el primer programa. Juglares fin de siglo, Los Rolling en Málaga, Los dragg queens se van de fiesta o Jóvenes políticos son algunas de las imágenes que van a salir despedidas de la centrifugadora en un plató-contenedor que han montado, donde el elemento principal es, siguiendo con la metáfora, una lavadora sobre la que se proyectarán diapositivas. Rocío Alvarado, una estudiante de 19 años que ha grabado y está montando un reportaje sobre un desfile de ropa de un malagueño que estudia en Londres, es la encargada, junto con tres estudiantes más, de la sección de cierre del programa: la crítica de cine. Y es que si algo caracteriza este proyecto es que la gente que trabaja en él son auténticos todoterrenos. No lo graban, sino que lo producen, lo montan y escriben los guiones. "Esa es una de las mayores dificultades", comenta Alvarado: "Como todos hacemos de todo, coordinarnos es muy difícil. Además queremos que lo que hacemos nos guste a todos y eso es casi imposible". Lo dice porque lo sabe. Ya ha montado tres veces el reportaje sobre el diseñador y aún escucha voces disconformes. En lo que sí hay unanimidad es en que el presentador puede utilizar de todo menos suavizante. "Tendrá que dar entrada a los reportajes en una sección que hemos llamado el Prelavado en la que queremos utilizar todo tipo de palabras que están vetadas en los medios de comunicación", dice Rodríguez. Y para asegurarse de que nadie se pasa de políticamente correctos hicieron un casting. "Se presentaron más de 20 estudiantes, pero fue un desastre. Todos venían con la idea de que estábamos buscando un presentador de noticias de tele, cuando lo que queríamos ver era su capacidad de improvisación". David Granados, estudiante de 4º de Audiovisual, es uno de los candidatos a presentador. Y lo es porque posee algo de lo que carece la mayoría: experiencia. Trabaja en un programa de ocio de una televisión privada en Málaga donde se presentó "un buen día" en busca de esa cualidad tan codiciada entre los estudiantes de Ciencias de la Información. "Los de prensa tienen el tema mejor solucionado porque tienen más posibilidades de trabajar en verano en los medios. Por eso comenzamos con esta idea donde los alumnos, aunque no cobren, pueden trabajar y adquirir experiencia", asegura Vanessa Corrales, la técnico audiovisual de la facultad. En la comisión de prácticas los profesores de Ciencias de la Información se dieron cuenta del gran vacío que hay con las prácticas en televisión. "Por eso me encasquetaron el mochuelo a mí". El mochuelo y la responsabilidad de convertirse en el certificado de calidad de El Centrifugado. En principio era una convocatoria para alumnos de tercero y cuarto. El resultado es que sólo seis de los 17 los son. "A mí lo que me interesa es que aprendan la técnica cuanto antes", dice Corrales. A ellos también. "Ya sabemos que si no tenemos experiencia, luego es imposible trabajar", asegura Rodríguez. Por eso, y porque se lo toma en serio pretende que El Centrifugado no se quede en la lavadora y salte a la televisión. "Por lo menos lo proyectaremos en la Junta de Centro. A ver si los profesores nos pueden echar una mano".
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