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"Todavía hay discriminación y sexismo en la universidad"

Juana Sancho cree que las alumnas están hoy más reafirmadas

"En la universidad sigue habiendo discriminación y sexismo aunque no existen estudios ni estadísticas sobre estos comportamientos. Nadie se atreve a hacerlos". Juana Sancho, profesora del departamento de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona participó en Sevilla en unas jornadas organizadas por la Fundación Lola Luna bajo el título Escritura femenina e historias de mujeres desde donde desgranó algunas teorías sobre cómo afecta y modifica el comportamiento de los niños y niñas la educación que han recibido. Sancho explicó el programa educativo sobre géneros que desarrolla el Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la Universidad de Barcelona: "Se pretende formar a los maestros para que cambien las prácticas a la hora de educar a los niños. Que no reproduzcan las tendencias educacionales de la sociedad. Ellos no se dan cuenta pero el trato que dan a los niños es distinto que el que se da a las niñas". En el ICE se filmaban las clases de estos profesores "y después, al analizarlo, los maestros se quedaban alucinados". Si era la hora del recreo y se encargaba a los alumnos recoger antes de salir al patio, se observaba cómo los niños salían antes y eran las niñas las que se quedaban recogiendo los juguetes. En las clases con ordenadores eran los niños los que llegaban primero y encendían los aparatos. Cuando entraban las niñas ya encontraban eso hecho. Las profesoras invirtieron la costumbre y los niños se volvieron agresivos. Estas experiencias llevan a Juana Sancho a esbozar una iniciativa que ella considera la correcta. "Hay que encontrar vías de solución. A los hombres no se les puede ningunear. La clave es trabajar desde la autoconsciencia, ¿qué nos pasa y por qué nos pasa?". Para Juana Sancho, los programas de autoafirmación no se pueden hacer sólo con las niñas porque los niños se descolocan y no entienden que se les roben unos privilegios que los usos sociales les han concedido tradicionalmente. En estadios educativos superiores, cuando se lega a la adolescencia, se observa, explica Sancho, que las niñas que antes eran extrovertidas, participativas y con iniciativas, se repliegan. ¿Por qué? Porque los niños no soportaban que despuntaran y les sometieron a burlas que fueron moldeando en las mujeres un carácter más apocado. Pero Sancho matiza que esa tendencia fue más notable en los años 60. "Hoy es distinto. La sociedad acepta mejor el papel que están jugando las mujeres y las chicas han descubierto que su vía de independencia es tener un trabajo. Están más reafirmadas".

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