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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ediles de La Zubia

Ediles de La Zubia: El 30 de julio de 1996 , en sesión extraordinaria celebrada por el Ayuntamiento en pleno, decidieron declarar de interés social la instalación de la fábrica La Azucena en zona agrícola no urbanizable y protegida de la Vega. Independientemente de lo que cada quien piense sobre la gravedad o no de que nuestros representantes políticos no respeten las normas y las leyes, ese día cometieron una ilegalidad y una falta de respeto a los vecinos de este pueblo. El discurso con el que vienen hipócritamente adornando desde entonces dicha ilegalidad es la defensa de los puestos de trabajo. En la cultura democrática que hay que reconstruir para La Zubia (después de que durante años algunos han tenido y tienen al Ayuntamiento secuestrado en sus cuentas corrientes particulares) no cabe prostituir un argumento tan hermoso como la defensa del derecho al trabajo. Con La Zubia integrada en el tejido social, urbanístico, paisajístico y económico de lo que se conoce como Area Metropolitana de Granada, decir que hay que construir una fábrica en zona protegida como recurso de alto valor productivo agrícola, ambiental y natural, es mucho más que triste, es dramático por lo que encierra en sí de ignorancia, de trampa, o de las dos cosas. Sin necesidad de muchos datos económicos, sólo con darse un simple paseo por La Zubia se ve que este pueblo se ha "especializado" económicamente como un nuevo espacio de residencia urbana. Una de las muchas respuestas que se les podría dar a los ediles que decidieron saltarse las normas a la torera es que con su falta de respeto están rebajando dos de los valores económicos de La Zubia: su condición de lugar de residencia y su condición de pueblo en sí, entre el Parque Nacional de Sierra Nevada y la Vega de Granada. Esta ubicación "vale millones", pero para el conjunto del pueblo, no de tres (¿o cuatro?) especuladores. Por eso el verdadero interés social es conservar la Vega y revalorizarla desde el punto de vista agrícola; así como revalorizar el uso urbano del pueblo protegiendo lo poco que queda de su fisionomía arquitectónica tradicional. -

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