Una apertura única

Sólo noches como la de los Goya hacen concurrir a tanta cara famosa en un escenario.Pero en la inauguración del Festival de Otoño de Madrid, celebrada anoche en el teatro Albéniz, había una sustancial diferencia: todos los profesionales que participaron respondieron a la llamada del director Mario Gas y sobre todo a la llamada de la sangre, para formar parte de Brecht X Brecht 1898-1998, uno de los espectáculos más singulares del teatro actual español. Sesenta primeros espadas, entre músicos, cantantes y actores, ofrecieron un inusitado viaje por el Brecht más desconocido e inusual.

Nunca se había visto tanto figurón junto, dirigidos todos ellos por el alquimista Mario Gas, quien subió al escenario a los brechtianos del teatro español, por lo que la presencia de actores del teatro catalán fue muy importante. Para abrir boca Juan Diego, Emilio Gutiérrez Caba, Constantino Romero, Santiago Ramos, José María Pou, Héctor Alterio, Carlos Hipólito, Ricardo Moya. Casi nada. No había transcurrido ni la mitad del espectáculo y el público se había anonadado con actores como Blanca Portillo, Carmen Elías, Rosa María Sardá, Carme Sanza, José Luis Pellicena o Viqui Peña. Calentaron especialmente la noche Javier Gurruchaga, Ángel Pavlovsky y un José Luis Gómez que puso la carne de gallina recordándo a todos que Arturo Ui existió no hace tanto. También arrancaron importantes aplausos Nancho Novo, Berta Riaza, Lluís Omar y una Massiel que todos calificaron de muy brechtiana. Nuria Espert sólo participó en vídeo, la única, porque ya estaba todo pensado para que un lunes histórico la profesión se diera cita.

En el patio de butacas también destacaban muchas caras conocidas. Carmen Alborch afirmaba que un festival internacional está, entre otras cosas, para ofrecer noches así. También coincidieron los dos candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE y el PP, Cristina Almeida y Alberto Ruiz-Gallardón, respectivamente. Éste último, al que se le notaba el gustazo de ser anfitrión de una noche que muchos espectadores calificaron de histórica, afirmó que lo que más le interesaba de lo que había visto era que se trataba de un espectáculo vivo: "Lo más impresionante es que sea totalmente actual, que cuando creíamos que ciertas situaciones ya no se podían repetir, llega Brecht y nos recuerda que no están superadas, y lo digo con profunda preocupación".

Brecht, del que se conmemora el centenario de su nacimiento, llenó la noche a través de las ovaciones y aplausos que el público dispensó a la mágica noche.