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Arias-Salgado culpa a los pilotos de Iberia de los retrasos de Barajas

Vicente G. Olaya

El ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, culpó ayer a los pilotos de Iberia de ser los causantes del incremento de impuntualidad que sufre desde la semana pasada el aeropuerto de Madrid-Barajas. Ayer, por ejemplo, el 57% de los vuelos de Iberia salió con más de media hora de retraso, frente al 39% del resto de compañías. El ministro afirmó que el sindicato de pilotos (SEPLA) en Iberia "aplica, con un extraordinario rigor, determinados tipos de reglamentos y, al aplicarse este rigor, se producen los atrasos".

A primera hora de la noche de ayer, la media de los aviones de Iberia retrasados era de 37 minutos, mientras que los aparatos con demoras de otras compañías registraban una media de 24 minutos. La principal aerolínea española lleva días denunciando que el SEPLA ha emprendido una huelga de celo y que sus pilotos dan las más peregrinas excusas para impedir la salida de los aviones a su hora. Iberia da multitud de ejemplos: un comandante ordenó el pasado viernes esterilizar con alcohol todas las mascarillas de oxígeno de la cabina, otro pidió que el Cuerpo Nacional de Policía revisase por segunda vez el equipaje de una aeronave y otro más exigió que se comprobase la presión de las ruedas de un tren de aterrizaje nuevo. Por su parte, fuentes del aeropuerto de Barajas confirmaron ayer que la torre de control tuvo que llamar la atención a un comandante de Iberia "porque iba a paso de tortuga".El enfrentamiento entre los pilotos y la compañía tiene un doble origen: la falta de acuerdo sobre el convenio colectivo y el conflicto provocado por el cierre de la filial chárter Viva Air. El pasado jueves, Iberia decidió cerrar y liquidar Viva Air y traspasar aviones y empleados a la matriz. La negativa de los pilotos de Iberia a que la filial se dedique al tráfico regular es, según la dirección, la causa fundamental del cierre. El presidente de Iberia, Xavier de Irala, envió la semana pasada una carta a todos los pilotos recordándoles que si antes del próximo día 30 no hay acuerdo en el convenio se cancelará el pedido de 11 Airbus 340.

Según la dirección, Viva acumula unas pérdidas de 5.000 millones de pesetas, pese a tener unos costes un 20% inferiores a los de Iberia. De Irala aseguró ayer, en rueda de prensa, que se registra "una falta de colaboración de los pilotos" en las operaciones aéreas. Aseguró que si se demuestra que los pilotos realizan una huelga de celo serán denunciados.

Posible denuncia

Por su parte, el director general de Iberia, Ángel Mullor, afirmó que la compañía quiere cerrar un acuerdo con los pilotos y que continúa manteniendo conversaciones con ellos. De todas formas dejó claro también que si se demuestra que están realizando una huelga encubierta abandonará la mesa de negociaciones y lo denunciará ante los tribunales.Mullor añadió que había hecho una nueva oferta a los pilotos sobre la utilización de los nueve aviones de Viva y que está a la espera de respuesta.

Por su parte, fuentes de la sección del SEPLA en Iberia señalaron ayer a Efe que "no hay ninguna huelga de celo". Acusaron a la dirección de la compañía de "enconar" las negociaciones sobre el convenio colectivo al acusar a los responsables del sindicato de realizar medidas de presión que en realidad no existen.

Las mismas fuentes lamentaron la escasez de avances en la negociación del convenio y "la falta de voluntad real" de la empresa para sacarlo adelante, después de más de dos años de discusión.

El sindicato de pilotos afirma de forma rotunda: "Desde el principio de los tiempos quieren atribuirnos una huelga de celo cada vez que estamos desilusionados o que ocurre algo en el aeropuerto, aunque no tenga absolutamente nada que ver con nosotros. No vamos a hacer medidas de presión. Otra cosa es que la gente, por estar completamente desilusionada y recibiendo nuevos palos, como el anuncio de cierre de Viva Air, se desincentive cada vez más".

El SEPLA recuerda que las demandas de los pilotos son la actualización de sus salarios con el IPC de 1997 y de 1998. Es decir, un 2% y un 2,1%, respectivamente. Según el SEPLA, este incremento no supondría más allá de 500 millones de pesetas para Iberia. El sindicato critica también que la dirección intente justificar con el pago de antiguas deudas con los pilotos la posible financiación de las cantidades mencionadas, eludiendo la compensación de la pérdida de poder adquisitivo de 1997 y 1998.

Estas fuentes informaron de que los representantes de los trabajadores, sin embargo, están dispuestos a renunciar al IPC de 1996, y ello teniendo en cuenta que los salarios de los pilotos están congelados desde 1989.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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