_
_
_
_
_

Los especialistas en adolescencia piden que la edad pediátrica llegue hasta los 18 años

Desciende la patología propia de la infancia, pero aumenta la que afecta a los jóvenes

Nadie discute que la adolescencia es una edad clave en la vida. La salud de un adulto depende mucho de cómo fue su etapa de crecimiento. Sin embargo, la salud del adolescente permanece en España en terreno de nadie. Los problemas de los jóvenes, muchos específicos y algunos graves, generalmente no son atendidos, y cuando lo son recaen en médicos que no siempre conocen las peculiaridades de la pubertad.

Hasta los 14 años, los jóvenes son cuidados por su pediatra. A partir de ese momento, la sanidad los trata como adultos, pero no lo son. Los pediatras aseguran que en la transición de niño a adulto aparece una problemática que requiere una atención especial. De esto se ocupa la medicina del adolescente, una especialidad consolidada en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, que muchos pediatras tratan de sacar adelante en España.

Más información
Depresión cada vez más temprana

La medicina del adolescente es tan compleja como muchos de los jóvenes a los que se dirige. Engloba tanto pediatría y ginecología (desarrollo sexual, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual), como la endocrinología (problemas de crecimiento y hormonales), la psicología (depresiones, trastornos de alimentación) o la dermatología (acné).

Conductas de riesgo

Pero además, los jóvenes adolescentes presentan ahora a menudo problemas de alcoholismo y conductas de riesgo para su salud. Y a veces aparecen en esta edad los primeros síntomas de enfermedades de difícil diagnóstico: artritis reumatoide, esclerosis múltiple, insuficiencias renales, fibrosis quística o diabetes tipo I.La Sociedad Española de Medicina del Adolescente, creada hace 11 años como sección de la Asociación Española de Pediatría, cuenta con 120 asociados y ocho expertos acreditados. La primera demanda de este colectivo es que se extienda la edad pediátrica hasta los 18 años.

Josep Cornellà, presidente de la asociación, reivindica que el pediatra atienda a los jóvenes en los centros de salud hasta la mayoría de edad, y que además cuente con un especialista en adolescentes en un centro de referencia para derivarle los casos más complejos.

De momento, sólo tres hospitales públicos contemplan en España la atención al adolescente como un servicio especial: Niño Jesús -con unidad específica- y Móstoles, ambos en Madrid, y el hospital de Vall d"Hebron, en Barcelona. Antonio Carrascosa, jefe de pediatría de Vall d"Hebron, explica por qué debe ser un pediatra y no el médico de cabecera quien atienda a los adolescentes: "Los pediatras ya conocemos su historial. Los hemos seguido en su crecimiento y estamos acostumbrados a ver a este paciente como algo cambiante, en evolución. Por otro lado, en una edad en que los cambios físicos van asociados a inestabilidad emocional, la confianza con el especialista es muy importante. La prueba es que muchos adultos siguen llevando a sus hijos al que fue su pediatra". Por la consulta externa de Vall d"Hebron pasan diariamente de 15 a 20 adolescentes. Este hospital organiza cada dos años cursos sobre medicina de la adolescencia para pediatras.

José Casas, del hospital de Móstoles, añade una razón sociológica: "La mortalidad infantil ha descendido mucho porque las enfermedades que antes mataban a los niños pequeños ahora están muy controladas. La pediatría crece con el adolescente, cada vez hay menos niños y menos enfermedades en la infancia y, sin embargo, aparecen más patologías propias del adolescente". Casas recuerda que muchos servicios de atención primaria aún están en proceso de prolongar la edad pediátrica desde los siete hasta los 14 años.

Padres desorientados

Los pediatras entienden que el primer paso para consolidar la medicina del adolescente es crear demanda. Cornellà montará este curso una consulta semanal en tres institutos de Girona, con un proyecto novedoso en España que pretende llevar la salud al terreno de los jóvenes, plantear la consulta como algo informal y confidencial.Cornellà insiste en la importancia de la prevención: "El adolescente no es un enfermo, pero si no se actúa a esa edad, se puede estar incubando la enfermedad que sufrirá en la edad adulta".

En Cantabria también se ha organizado una experiencia similar. Un plan del Insalud para mejorar la educación sobre la salud en la adolescencia será ofrecido a los centros de salud para que a su vez lo hagan llegar a los institutos. Germán Caballero, coautor del plan, explica que va dirigido a adolescentes de 12 y 16 años, a sus padres y a sus educadores. "Informar a la familia es fundamental. Los padres son los primeros que se sienten desorientados a la hora de atender la salud de sus hijos adolescentes porque generalmente no saben a quién acudir", opina Caballero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_