Las universidades quieren negociar con el Gobierno el Cuarto Plan Nacional de Ciencia y Tecnología

Las universidades españoles solicitarán al Gobierno participar directamente en la elaboración del Cuarto Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, que deberá ponerse en marcha en el año 2000. También pretenden presionar para que les sean asignados más recursos económicos en el ámbito de la investigación. Así lo acordaron ayer los vicerrectores de investigación de todas las universidades públicas españolas, quienes se han reunido en Sitges. Las universidades están descontentas porque, en los anteriores tres planes nacionales de ciencia y tecnología, sus peticiones fueron tenidas poco en cuenta y no quieren que, con el cuarto plan, se repita la historia. "Queremos establecer un pacto de objetivos con la Administración pública, traducido en la correspondiente asignación de recursos", explica Lluís Ferrer, de la Autónoma de Barcelona (UAB). El problema principal de los cerca de 30.000 investigadores españoles que trabajan en las universidades públicas es la falta de recursos. El gasto anual en I+D (Investigación y Desarrollo) en España representa un 0,87% del PIB, muy lejos del 2,16% de los países de la OCDE. "Tienen que incrementarse urgentemente los recursos destinados a investigación o seguiremos viendo strip-tease de investigadores", dice Ferrer recordando la protesta de los que se desnudaron públicamente exigiendo "el 2% del PIB". La mayoría de los vicerrectores reconocieron que hoy en día la investigación en las universidades tiene un déficit: la falta de profesionalización. Algunos vicerrectores, como José Luis Sotelo, de la Complutense de Madrid, apuntaban una posible solución: "A los profesores investigadores se les debería rebajar su carga docente en un 50%". Otros proponían la introducción de criterios de evaluación para premiar con más recursos o promociones a los departamentos que más se destaquen. "El café para todos no puede ser", se lamentaba otro vicerrector. Pero, según apuntaron, dedicar más horas no es suficiente. Debido a la falta clamorosa de personal de apoyo -técnicos de laboratorio, expertos en instrumental y secretarias, principalmente-, becarios y profesores acaban convirtiéndose en "chicos y chicas para todo", bromeaba Sotelo. Una broma, sin embargo, que lleva a "una infrautilización de la capacidad del becario o del profesor; y a una infrautilización del costosísimo equipo", según Ferrer.