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Los jueces se sienten perseguidos y los periodistas piden facilidades para informar

Clausurado el I Encuentro Jueces-Periodistas sobre las relaciones entre ambos colectivos

Los jueces se quejan de la persecución periodística y los periodistas piden facilidades para la información judicial y libertad para una crítica ética. Así puede resumirse el I Encuentro Jueces-Periodistas organizado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la Asociación de la Prensa de Madrid, clausurado ayer por el portavoz del primero, Benigno Varela, y el presidente de la segunda, Jesús de la Serna, después de tres días de debates. Directivos de medios de comunicación solicitaron que se arbitren fórmulas "de acceso fiable a la información judicial".

Uno de los ponentes no periodista ni juez, el catedrático de Derecho Penal Gonzalo Quintero, negó que los ataques de los particulares puedan afectar a la independencia e imparcialidad judicial. Frente a las lamentaciones de un magistrado de Zaragoza que se cree atacado, Quintero indicó que la jurisdicción no puede turbarse por lo que se diga extramuros del proceso y que "cualquier personaje o personajillo no puede atacar la imparcialidad", a no ser que ejerzan como jueces "personas inadecuadas" para serlo. José Jiménez Villarejo, presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo, se quejó de que la noticia judicial se centre demasiado en la condena o absolución y no tanto en los fundamentos en que se basa el fallo. Aseguró que en un Estado democrático el juez "tiene razonablemente asegurada su independencia" respecto a los poderes clásicos y avisó sobre los riesgos de que no ocurra igual respecto al poder de los medios.

Clemente Auger, presidente de la Audiencia Nacional, advirtió que el periodista debe respetar la vida privada de todos, si bien reconoció que "la de un personaje con responsabilidades puede ser expuesta en casos de relación entre esa vida privada y faltas graves en el funcionamiento de las instituciones o de la utilización del dinero público, así como el abuso de los bienes sociales".

Daviel Gavela, director de la Cadena SER, recriminó a la justicia por ir por detrás de otras instancias "a la hora de adaptarse a la sociedad mediática y a su servidumbre". Estimó incomprensible que el Supremo, la Audiencia Nacional y otros tribunales no arbitren "fórmulas de acceso fiable a la información, más allá del asalto en los pasillos o en la calle a todos cuantos intervienen en el proceso". Gavela reconoció la existencia de límites éticos a la crítica periodística y apostó por la autorregulación, aunque la consideró difícil, entre otros motivos, "por la guerra mediática impulsada por el Gobierno".

Miguel Ángel Gozalo, presidente de la Agencia Efe, pidió consenso de los partidos para no judicializar la vida política y propuso que los jueces "sean formados de modo que sean lo menos permeables posible a las críticas periodísticas".

Jorge del Corral, secretario general de Antena 3 TV, consideró legítima la crítica, aunque sea un ataque directo al juez, que no le resta un ápice de autoridad ni imparcialidad.

José Gabaldón, actual vicepresidente del Tribunal Constitucional y primer presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura, pidió crédito social para los jueces y límites a la libertad de expresión en aras de garantizar la independencia judicial. El catedrático de Filosofía del Derecho Manuel Atienza reclamó libertad de expresión para el juez y estimó equivocada la vía disciplinaria para corregir sus excesos, que deben limitarse mediante una cultura que incentive el desarrollo de las virtudes judiciales. Otro jurista no juez, Francisco Rubio Llorente, catedrático de Derecho Constitucional, pidió a los jueces que expresen su pensamiento a través de la motivación de las resoluciones judiciales y sean discretos en sus comparecencias públicas.

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