La oposición italiana ataca a Scalfaro por su postura durante la crisis

Massimo D'Alema, dirigente ex comunista de 49 años, verá realizado hoy el sueño de la izquierda italiana cuando entregue en el Quirinale (sede de la presidencia de la República) el texto programático del que será su Gobierno. Pero su entronización como jefe del nuevo Gabinete de centro-izquierda ha provocado una tormenta política en Italia que ayer amenazaba con alcanzar al Jefe del Estado, Oscar Luigi Scalfaro, objeto de las iras de la oposición.

Los dos líderes de la coalición de oposición, Silvio Berlusconi y Gianfranco Fini, tuvieron duras palabras para Scalfaro por su comportamiento en la crisis tras lo revelado por el líder de los comunistas moderados Armando Cossuta, según el cual el presidente le expresó su preocupación por la eventualidad de un triunfo de la derecha si la crisis desembocaba en las urnas. Berlusconi denunció a Scalfaro por su conducta: "En vez de ser un árbitro juega con uno de los equipos y es capaz de modificar el resultado".

El malestar de la coalición de centro-derecha por la creación de una nueva mayoría que permitirá a D"Alema gobernar paradójicamente gracias a los votos de una treintena de diputados del Polo que ingresaron a principios de año en el nuevo partido de Francesco Cossiga se ha visto acentuado por unas declaraciones realizadas el sábado por el líder del Partido de los Comunistas Italianos (PDCI), Armando Cossutta.

Según Cossutta, el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, le expresó su preocupación de que hubiera que convocar elecciones anticipadas tras la caída del Ejecutivo de Romano Prodi, el 9 de octubre. Scalfaro le habría mencionado que un Parlamento de derecha elegiría a un presidente de derecha para los próximos siete años. "Es una demostración más de que Scalfaro no ha sido nunca imparcial", declaró ayer indignado el líder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini.