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ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

El PP no encuentra interventores para 600 mesas electorales

Mayor Oreja advierte de que si se baja la guardia ETA volverá a actuar

Javier Casqueiro

El Partido Popular sólo tiene cubiertos en estos momentos con interventores y apoderados propios los colegios y las mesas electorales de Álava. En esta provincia hasta sobran voluntarios para vigilar que todo el proceso puesto en marcha para las elecciones autonómicas, el 25 de octubre, se cumple a rajatabla.

No es casual que ante la falta de esos colaboradores, unos 600 entre Vizcaya y Guipúzcoa, los dirigentes del PP que intervinieron ayer en el mitin de Irún (Guipúzcoa) se concentraran sobre todo en pedir la movilización y la participación de sus simpatizantes. Esfuerzo que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, estrella fulgurante de esta campaña para los populares, reivindicó tenga una intensidad semejante al realizado el 12 de julio de 1997 en respuesta al asesinato de Miguel Ángel Blanco, concejal de Ermua (Vizcaya).

El mayor problema para el PP con los apoderados e interventores se encuentra ahora en Guipúzcoa. En esta provincia hay radicados 278 colegios electorales, con unas 750 mesas. El coordinador provincial de la campaña del PP, Álvaro Moraga, admitió que tienen ofrecimientos de 350 personas para inspeccionar durante la jornada electoral 25 municipios de los 89 que tiene Guipúzcoa, pero con esa cobertura sólo alcanza el 90% del censo. En Álava habrá unos 400 observadores del partido, que abarcarán el 100% de las mesas. En Vizcaya el número de colaboradores es ya mayor al de las elecciones generales de 1996 pero no completa aún las mil mesas. Les faltan unos 300, aunque el censo de votantes sí está controlado en un 95%.

Un recuerdo a los fallecidos

El PP celebró su acto principal de ayer en Irún. El mitin se celebró en un hotel camino de Hondarribia, muy simbólico para el PP vasco, y ante unas 300 personas. En ese mismo recinto, hace cuatro años, intervino Gregorio Ordóñez, primer concejal popular asesinado por ETA. Ayer entre el público estaba su hermana, que compartía espacio con la viuda del edil José Luis Caso. Hace cuatro años, entre los asistentes, se buscó un hueco Manuel Zamarreño, última víctima de la banda.Todos los oradores rememoraron el esfuerzo de esas víctimas y de sus familias para realzar el mérito de la sociedad y de los militantes y simpatizantes del PP en la fase previa que ha conducido a la actual tregua. Mayor Oreja descalificó a los nacionalistas por querer rebajar la trascendencia de esta cita y amplió el destino de sus mensajes en esta campaña a otro sector de votantes de gran interés para su partido. Al principio de la campaña, Mayor intentó recabar la atención de los indecisos, luego de los que ocupan "el centro de la sociedad" y ayer se dirigió "a los vascos moderados". Le gustaría que el PP representase a esos vascos. Para que moderasen más tarde a los nacionalistas que han firmado la Declaración de Estella (Lizarra), que en su partido identifican con una ansiedad oculta y secreta por la independencia.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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