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Sigue controlada

Con la publicación en el día de ayer de los datos referidos a la inflación del mes de septiembre, se vuelven a reforzar las buenas perspectivas de los precios en nuestra comunidad. Como viene siendo habitual desde hace casi dos años, el comportamiento de la inflación en Andalucía marca la pauta a nivel global, compensando los malos resultados obtenidos por otras comunidades (por ejemplo, los de Cataluña y País Vasco). La explicación fundamental a esta positiva evolución ha de buscarse en dos factores: por una parte, en la disminución de los precios de los carburantes, fruto de la reducción en la cotización del dólar, y, por otra, en la magnífica evolución de la producción agraria, que en nuestra comunidad tiene un peso superior a la media. De hecho, se puede afirmar que gran parte de la buena evolución de los datos macroeconómicos de Andalucía proviene de nuestra agricultura. Las aportaciones de la Unión Europea han contribuido de manera decisiva a la capitalización y mejora de los procesos productivos y ha bastado la finalización de la pertinaz sequía para que se demuestre el potencial económico de este sector. Potencial que se confirma no sólo en la buena marcha de los precios de los alimentos, sino también en los datos de desempleo de provincias como Almería, Jaén, Huelva y Córdoba, en las que el sector agrario tiene un peso elevado. Por su parte, la primera y mayor industria andaluza, la del turismo y sus servicios asociados, sigue reportando datos de inflación no muy favorables, pues, a pesar de que se aprecia un estancamiento en los precios, se comporta como el sector inflacionista del año. A diferencia de lo que ocurre en agricultura, el turismo soporta una presión de la demanda más cíclica y menos estacional y, a su vez, mantiene una producción más estable, lo que hace que en años pico de demanda como éste los precios se descontrolen.

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